Papa: la sangre de los cristianos asesinados en Siria e Irak es “semilla de unidad”

La visita al Vaticano de Mar Gewargis III, Catholicós-Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente. “En medio de tanto dolor, del cual imploro el dolor, y también su finalización, cada día vemos a cristianos que recorren el camino de la cruz, siguiendo con mansedumbre las huellas de Jesús, uniéndose a Él, que con su cruz nos ha reconciliado, eliminando en sí mismo la enemistad”.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La sangre de aquellos que en Siria e Irak sufren por “la violencia terrible de sangrientos conflictos, que ninguna motivación puede justificar o permitir” es “semilla de unidad” entre los cristianos. El concepto de ecumenismo de la sangre, querido por el Papa Francisco fue reafirmado hoy en ocasión de la visita que está realizando en Vaticano Mar Gewargis III, Catholicós-Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente (en la foto).

El Patriarca y el Papa, que han recordado el camino que ambas iglesias están realizando hacia la plena unidad, han tenido también un momento de oración común en la capilla Redemptoris Mater.

En el encuentro y la oración juntos, dijo Francisco: “Invocamos justamente el don de la paz. De hecho estamos consternados-prosiguió- por lo que continúa sucediendo en Oriente Medio, especialmente en Irak y Siria. Allí se usa una violencia terrible de sanguinarios conflictos contra miles de centenares de miles de niños inocentes, de mujeres y de hombres, que ninguna motivación puede justificar o permitir. Allí nuestros hermanos y hermanas cristianos, como también diversas minorías religiosas y étnicas lamentablemente están acostumbrados a sufrir cotidianamente grandes pruebas. En medio de tanto dolor, del cual imploro termine, cada día vemos a cristianos que recorren el camino de la cruz siguiendo con mansedumbre las huellas de Jesús, uniéndose a Él, que con su cruz nos ha reconciliado, “eliminando en sí mismo la enemistad” (Ef 2,16). Estos hermanos y hermanas son modelos que nos exhortan en cada circunstancia a permanecer con el Señor, a abrazar su cruz, a confiar en su amor. Nos indican que en el centro de nuestra fe está siempre la presencia de Jesús, que nos invita, también en la adversidad a no cansarnos de vivir su mensaje de amor, de reconciliación y de perdón. Esto lo aprendemos de los mártires y de cuántos aún hoy, también a costa de sus vidas, permanecen fieles al Señor y con Él vencen al mal con el bien (Cfr Rm 12,21). Estamos agradecidos a estos hermanos nuestros, que nos alientan a seguir el camino de Jesús para vencer a la enemistad. Como la sangre de Cristo, derramada por amor, reconcilió y unió, haciendo germinar a la Iglesia, de tal modo que la sangre de los mártires es la semilla de la unidad de los cristianos. Esto nos llama a donarnos con caridad fraterna por la comunión”.

“Agradezco a Dios por los fuertes lazos fraternos que ya existen entre nosotros y que esta visita, tan agradable y preciosa, refuerza ulteriormente. Muchos pasos significativos ya se han realizado. Vuestro amado predecesor, el Catholicós-Patriarca Mar Dinkha IV, que tuve la alegría de encontrar hace dos años, firmó aquí en Roma con San Juan Pablo II la Declaración cristológica común. Ella nos permite confesar la misma fe en el misterio de la Encarnación. Este paso histórico abrió el camino a nuestro peregrinar hacia la plena comunión, un camino que deseo ardientemente continuar. En tal recorrido confirmo el compromiso de la Iglesia católica para que nuestro recomponer la plena armonía, a beneficio de nuestras comunidades, que a menudo ya viven en estrecho contacto. Auspicio por lo tanto vivamente que la Comisión conjunta para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la iglesia asiria de Oriente pueda ayudarnos a allanar el camino hacia aquel día tan esperado, como signo real de la comunión eclesial plenamente restablecida”.