Sri Lanka, cristianos y musulmanes denuncian la impunidad de los monjes budistas extremistas
de Melani Manel Perera

Un monje amenazó con llevar adelante un baño de sangre entre los musulmanes, si la policía no detenía a un líder suyo. Otro monje insultó y agredió a un servidor Tamil. La policía no reacciona frente a la violencia, sino que parece más bien conviviente. En un año, hubo 132 casos de agresión contra los cristianos y 141 contra los musulmanes.


Colombo (AsiaNews) - Los cristianos y los musulmanes de Sri Lanka viven en un clima de miedo constante debido a la actitud violenta de los monjes budistas extremistas. Las minorías también denuncian el comportamiento cómplice de la policía, que en lugar de defender a los grupos minoritarios y garantizar el respeto de la libertad religiosa, favorece la propagación de las ideas sectarias y no toma medidas contra los monjes radicales que son culpables de delitos que están penados por la ley estatal.

El 16 de noviembre se despertó una protesta por un ultimátum lanzado por Gnanasara Himi, líder de la Bodu Bala Sena (BBS), un grupo de monjes extremistas. Él se descargó contra el arresto de de Suresh Prasad, alias Dan Priyasad, por haberse proclamado a sí mismo el "salvador de los cingaleses" y amenazó con hacer volar por los aires a todos los musulmanes.

Gnanasara Himi dio orden a la policía para que detuviera, en un plazo de 24 horas, a Abdul Razik, secretario de la Sri Lanka Thowheed Jamath (SLTJ). Caso contrario, provocaría un "baño de sangre" entre los fieles islámicos. En seguida Razik fue realmente detenido por la policía en Maligawatte, que lo puso bajo custodia.

La detención ha sembrado la desesperación entre la comunidad musulmana, especialmente por el comportamiento de los agentes, muy complacientes con los monjes extremistas. El Consejo Musulmán de Sri Lanka (MCSL) presentó una denuncia contra el Inspector General de la Policía, pero no se ha tomado ninguna medida contra Gnanasara Himi.

Recientemente, otro incidente violento se viralizó en las redes sociales: el video capturaba al monje budista Ampitiye Sumangala Himi, jefe del templo Mangalaramaya (en Batticaloa), mientras propinaba insultos y amenazas contra un servidor de etnia tamil. En la película vemos que la violencia verbal ha sido perpetrada en presencia de un agente de policía, que no intervino para detener la agresión.

Las minorías se quejan de que incidentes similares son una clara violación de las leyes del país, que castigan el odio y la discriminación. Son también una violación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), que condena a los autores hasta con 10 años de prisión.

En agosto pasado, un subcomité de la sociedad civil para la Eliminación de la Discriminación Racial ha documentado que en un año se han registrado 132 incidentes contra los cristianos y otros 141 contra los musulmanes. Por este motivo, ahora las minorías cristianas y musulmanas están pidiendo a la policía de Sri Lanka adoptar un código unificado de conducta en todo el país y tomar medidas serias contra los incidentes de violencia religiosa, las amenazas, las expresiones de odio. Los grupos minoritarios también están exigiendo que todos los ciudadanos sean iguales ante la ley, incluyendo a los monjes budistas, y que el Estado no permanezca impasible ante este tipo de violencia.