En una carta, el padre Samir Youssef cuenta la situación de los refugiados, que hace más de dos años viven lejos de sus hogares. Se sigue con atención la ofensiva, aunque las viviendas e iglesias hayan sido “en gran parte” quemadas o destruidas. Con la llegada del invierno, se necesita kerosén, ropa, comida y dinero para pagar el transporte de los estudiantes. Un llamado para continuar sosteniendo la campaña de AsiaNews.
Amadiya (AsiaNews) – Entre los refugiados de Mosul y de la Llanura de Nínive se respira “un clima expectante”, a la espera de entender “cómo habrán de desarrollarse las batallas” contra el Estado islámico (EI); las tropas iraquíes “están avanzando” y la llanura “está prácticamente liberada por completo”, si bien “las iglesias han sido quemadas en su mayor parte” y “muchas casas están destruidas”. Es lo que narra una carta enviada a AsiaNews por el padre Samir Youssef, párroco de la diócesis de Amadiya (Kurdistán), que se ocupa del cuidado de 3.500 familias de refugiados cristianos, musulmanes, yazidíes, que han abandonado sus hogares y su tierra para huir de los yihadistas. El sacerdote está a la vanguardia de esta tarea desde el verano de 2014, cuando se inició la emergencia. Con esta carta queremos relanzar la campaña "Adopta un cristiano de Mosul", en ocasión de la Navidad.
“Tal como os sucede con el terremoto”, prosigue el sacerdote, “aquí también llevará mucho trabajo reconstruir y poner todo en su lugar”. Desde el inicio de la ofensiva, emprendida el 17 de octubre pasado por el ejército y los Peshmerga kurdos, se ha abierto un nuevo frente de emergencia: el de las personas que huyen de las áreas liberadas de la presencia yihadista, con “historias muy conmovedoras, que hacen llorar, acerca de cómo era tratada la población civil, sobre todo las mujeres”.
Al hablar acerca de los refugiados, el padre Samir cuenta que “sin la ayuda de AsiaNews y de otros amigos, las situación arriesga tornarse sumamente difícil”. La Iglesia local responde casi totalmente a las necesidades, no sólo de los cristianos, sino también de los refugiados yazidíes y musulmanes. Mujeres y niños se ven obligados a llevar “la única vestimenta” que tienen y que llevan puesta “desde el año pasado”. Y luego está el costo de los pasajes y de las cuotas para garantizar el transporte de los niños a la escuela. Por último, el kerosén para la calefacción. Muchas necesidades, a las cuales se trata de hacer frente “mientras no se termine esta crisis”. Adherir a la campaña “Adopta un cristiano de Mosul” sigue siendo esencial todavía hoy, para garantizar la supervivencia de los refugiados. A continuación, brindamos el testimonio del padre Samir:
Querido padre Cervellera, queridos lectores de AsiaNews:
Ante todo, ruego al Señor que estéis bien. Hace tiempo que quería escribiros para expresar mi participación en el dolor por los terremotos [ocurridos en el centro de Italia], hechos que también aquí hemos seguido atentamente [en el Kurdistán iraquí] y que nos han afectado profundamente. Hemos estado realmente mal a causa de ello.
Gracias a Dios el segundo y devastador temblor no provocó víctimas, a pesar de que se derrumbaron muchas viviendas y la basílica de San Benito de Nursia. Tenemos la certeza de que todo será reconstruido: el pueblo italiano es fuerte, ama la vida, y se une en los momentos de crisis.
En cuanto a nosotros, aquí se vive un clima expectante, a la espera de entender cómo habrán de desarrollarse las batallas contra Estado islámico (EI). Las tropas iraquíes están avanzando y ahora están cerca de la ciudad de Mosul. La Llanura de Nínive ha sido prácticamente liberada por completo, pero lamentablemente las iglesias están en su mayor parte quemadas, y muchas casas han quedado destruidas.
A nosotros, tal como os sucede con el terremoto, nos llevará mucho trabajo reconstruir y volver a poner todo su lugar. Los milicianos del EI han construido muchos túneles por debajo de las casas; las personas que provienen de las zonas cercanas a Mosul, que han sido liberadas de los yihadistas, narran historias muy conmovedoras, que hacen llorar, por la forma en que era tratada la población civil, sobre todo las mujeres.
Cuánta gente fue muerta, decapitada. En cada barrio, existía una casa que los milicianos del EI habían transformado en una prisión, y donde las mujeres eran esclavas sexuales de los milicianos. Han sido descubiertas varias fosas comunes, y en una sola de ellas fueron hallados los cadáveres de casi 200 personas. Entre ellos había cuerpos de mujeres y niños. Sólo el Señor sabe qué más habrán hecho los yihadistas de Daesh [acrónimo árabe para el EI] en la ciudad de Mosul.
En lo que respecta a nuestros refugiados, tengo que admitir que sin la ayuda de AsiaNews y de otros amigos, la situación arriesga tornarse sumamente difícil. Las familias cristianas y yazidíes que están con nosotros dependen de manera casi exclusiva de la ayuda de la Iglesia local. Tenemos muchos niños que han sido confiados a nuestro cuidado y debemos enviarlos a la escuela. Tal como se hacía el año pasado, hay autobuses que los llevan a la escuela y somos nosotros, la Iglesia, quienes pagamos el costo de los pasajes y las cuotas del transporte. Sin embargo, todo esto está supeditado a la llegada de las ayudas.
Para nosotros que estamos aquí, en el Kurdistán iraquí, el invierno ya ha comenzado y muchos niños y mujeres usan la misma y única ropa que visten desde el año pasado. Dos semanas atrás conseguimos algo de ropa usada, pero no alcanza para todos y también nos faltan zapatos. Y luego el kerosén para la calefacción, que es fundamental para combatir el frío, y que hasta ahora ninguna organización humanitaria ni del gobierno nos ha dado. Y la urgencia empieza a sentirse.
En el último período, el gobierno ha obligado a muchas ONG a ayudar a las personas que huyen de Mosul a causa de la guerra. Recientemente se han abierto tres nuevos campos para los refugiados musulmanes, que han escapado en estas últimas semanas. Por más de tres meses, las 225 familias de yazidíes que viven aquí, en Enishke, no han recibido una buena comida y tampoco provisiones de alimentos.
Nosotros tratamos de comprar cada semana arroz, aceite, y los distribuimos. Y esto sin mencionar a las familias que, cada mes, necesitan algo de dinero en efectivo; mi parroquia también paga lo alquileres de muchas viviendas donde se alojan las familias de refugiados desde hace más de dos años. Aquí, cada párroco ha asumido esta responsabilidad y tratamos de ayudar a esta gente lo más que podemos, hasta que esta crisis llegue a su fin.
Querido padre, queridos lectores de AsiaNews, pongo todas estas necesidades en vuestras manos. Ruego al Señor que nos ayude, y que os ayude también a vosotros a seguir adelante, con todo lo que sucede alrededor vuestro. Apenas sea posible, espero pueda ser en febrero, trataré de ir a visitaros en Italia.
Pbro. Samir Youssef
Diócesis de Zakho y Amadiya