Obispo de Bhamo: Navidad con los Kachin desplazados a causa de la guerra
de Jangma Gam

Mons. Raymond Sumlut Gam, obispo de Bhamo, relata cómo está siendo vivido el nacimiento de Jesús allí donde arde la guerra civil, en la frontera con China. La presencia de la Iglesia y de Caritas en los campos de refugiados; la importancia de la ayuda material y la sed de los fieles por el “verdadero alimento de la Eucaristía”.  


Bhamo (AsiaNews) – “La Iglesia jamás abandonará a los desplazados que están en los campos de refugiados, irá allí donde ellos vayan”. Es lo que afirma al conversar con AsiaNews Mons. Raymond Sumlut Gam, obispo de Bhamo, diócesis situada en el Estado de Kachin, en el norte del país, a pocos kilómetros de la frontera con China. La diócesis se encuentra hace ya cuatro meses en medio de una guerra civil, que ha sido retomada entre la etnia Kachin y el gobierno central. Las tropas del Tatmaadaw (el ejército dl gobierno) avanzan efectuando ataques aéreos y terrestres para golpear a las posiciones del KIA (Kachin Independence Army), causando un número indefinido de muertos. Al menos 27.000 personas, en su mayoría cristianos, están recluidas en campos de refugiados cada vez más cerca del frente de guerra, y se ven obligados a desplazarse para hallar sitios más seguros. A pesar de la dramática situación, los fieles “quieren festejar la Navidad con alegría”.

 

Excelencia, ¿cuántos sacerdotes acudirán a los campos de refugiados para celebrar la misa de Navidad?

Dos sacerdotes han ido a los campos que se encuentran en la frontera de Myanmar con China y están allí desde el 19 de diciembre. El 28 de diciembre, yo mismo me dirigiré al campo de Hpun Lum Yang para celebrar el 25to aniversario de servicio de un catequista. Además, tres veces al año (para Navidad, Pascua y para la fiesta de la Santa Cruz) enviamos sacerdotes adicionales a los campos de refugiados para acompañar a los residentes en la solidaridad.

 

¿Cómo se preparan para la Navidad en estos campos?

Hay muchas cosas que organizar, es necesario limpiar, decorar y cocinar. Los sacerdotes se concentran en la preparación interior, espiritual, y en administrar la confesión a los fieles. Nuestros creyentes diocesanos otorgan mucho valor al sacramento de la confesión, y sin ella se encuentran tristes durante la misa.

 

Las personas que llevan una vida cómoda, de ricos, pueden entusiasmarse con los aspectos materiales y exteriores de la Navidad. En cambio, los desplazados, que han probado la dureza de la vida, otorgan mucho valor al alimento espiritual, a la Eucaristía, durante la Navidad.  Esta es la manera en la que los habitantes de los campos de refugiados reciben la Navidad. Los 27.000 desplazados de la diócesis, todos, son cristianos, y 4500 de ellos son católicos.  

 

Sabemos que las condiciones en los campos de refugiados son muy difíciles, y que la asistencia que brindan las Naciones Unidas es bloqueada por las tropas del gobierno. ¿Cuál es el mensaje de Navidad que la Iglesia dirige a las personas que atraviesan este drama?

Según el Evangelio, el ángel dio dos mensajes a los pastores. El primero es “no tengáis miedo”, el segundo es “hoy ha nacido el Salvador”. A veces las personas aprecian más el segundo mensaje y se concentran en la venida del Salvador. El primer mensaje está conectado con estos tiempos difíciles, y a veces las personas lo pasan por alto.   Pero “no tengáis miedo” es el primer mensaje, y este año quiero destacar esto. Quiero que la gente sepa que “Dios está con ellos”. Si uno acepta este mensaje y lo custodia en el corazón, estará dispuesta a sacrificarse.

Los fieles que viven en una situación dramática tienen la posibilidad de demostrar la verdad de este mensaje. El mensaje de Dios se dirige a los hombres de buena voluntad, y si tienen una voluntad recta y permanecen en su paz, tendrán la serenidad del corazón en el momento de la muerte.

 

¿De qué modo la Iglesia y Caritas Bhamo brindan asistencia humanitaria a los desplazados que deben trasladarse a zonas más seguras?

La Iglesia se enfoca en el cuidado pastoral y en el acompañamiento. Quienes manejan los campos de refugiados son los que deciden cuándo y hacia dónde pueden trasladarse los desplazados. Cuando deciden partir, la Iglesia los acompaña y los asiste durante el viaje. Para satisfacer las necesidades más básicas de los desplazados, Caritas siempre está dispuesta a brindar asistencia humanitaria. La Iglesia siempre será fiel.

Como Iglesia, no podemos tomar decisiones por los desplazados. Vayamos donde quiera que ellos vayan. Incluso los catequistas, que viven siempre como refugiados. Un hermoso ejemplo de lo que es el acompañamiento se vive en Mun-Ko, donde el sacerdote y las hermanas se han convertido ellos mismos en refugiados, en un campo que es controlado por el gobierno chino. Si bien la Iglesia en China no es fuerte, tratamos de asistir a los refugiados que viven del otro lado de la frontera.

 

¿Qué mensaje tiene para los fieles que viven en y fuera de Myanmar?

 La oración es el arma más poderosa. Pido a todos rezar. Muchos de los que pertenecen a minorías étnicas de Myanmar han hallado refugio en países del exterior, y a ellos les pido que intercedan a través de sus gobiernos, para ayudar a nuestro país a encontrar la paz. En lugar de maldecir a las personas en internet, difundir un mensaje de amor a aquellos que no quieren escuchar. Incluso las donaciones materiales a los campos de refugiados son importantes. Con el tiempo, el apoyo internacional a los desplazados Kachin ha ido mermando, porque las organizaciones han retirado su atención para enfocarse en problemas más urgentes.