Sindh, el gobierno rechaza la ley contra las conversiones forzadas. Cristianos e hindúes: gran desilusión
de Kamran Chaudhry

En noviembre la norma fue aprobada por unanimidad por la Asamblea provincial. Consideraba ilegales las conversiones extorsionadas debajo de los 18 años y en el matrimonio. Cada año 1000 muchachas fueron obligadas a repudiar la propia fe. Entre los diputados que han redactado la ley, 13 recibieron amenazas de muerte.


Lahore (AsiaNews)- El gobierno de la provincia de Sindh, en Pakistán sud-oriental rechazó la ley que castiga las conversiones forzadas con penas hasta la cadena perpetua. Recibida por las minorías religiosas del país como un verdadero cambio que intenta asegurar la plena libertad de credo y contener las conversiones forzadas, la norma fue aprobada por unanimidad por la Asamblea provincial el pasado noviembre. A AsiaNews, activistas cristianos e hindúes expresan un “gran disgusto” y lamentan un peligroso volver atrás en el respeto de cada confesión. Mukhee Lal Chand, presidente del Consejo general hindú en el distrito de Jacobad, denuncia: “No podemos hacer nada para impedir los raptos y las conversiones de nuestras hijas menores de edad. Esta es realmente una injusticia. Necesitábamos mucho de esta ley”.

Las conversiones forzadas al islam, en particular de las muchachas, representan una verdadera plaga para los ocho millones de fieles hindúes. Según un informe de la Comisión asiática por los derechos humanos, cada año al menos 1000 jóvenes mujeres son obligadas a contraer matrimonio islámico y a renegar la propia religión.

La semana pasada Saeeduzzaman Siddiqi, gobernador de Sindh, rechazó la Criminal Law (Protection of Minorities). La normativa fue propuesta por Nand Kumar, diputado musulmán. Establecía que si se hubiese manchado del crimen de conversión forzada, frecuente en los matrimonios islámicos donde la mujer es obligada a abrazar la fe del marido, habría tenido que descontar de cinco años de cárcel hasta la cadena perpetua. En lo que se refiere a las conversiones de menores de edad, la ley decretaba que ninguno debía ser juzgado, en el caso la elección se hubiese realizado antes de llegar a la mayoría de edad (18 años). Del mismo modo, la conversión de un menor habría sido reconocida, después de cumplir los 18 años.

Después de haber pasado por la Asamblea, los partidos musulmanes habían criticado como “anti-islámica” la ley sobre las minorías y pidieron la inmediata anulación. El senador Siraj Ul Haq, jefe del Jamaatt-i-Islami, había denunciado la nueva norma como “un intento de crear desórdenes entre musulmanes y las minorías”. Inmediatamente después 13 diputados que habían redactado el texto, entre los cuales tres ministros, recibieron amenazas de muerte.

Peter Jacob, director católico del Centre for Social Justice declara: “El rechazo de la ley va contra la libertad de religión. Pedimos con urgencia al gobierno de Sindh focalizar sobre las divisiones sociales y pedir el apoyo del Pakistán People Party al gobierno. Aquellos que protestan no han ni estudiado la propia religión, ni la Constitución de Pakistán”. Nasira Javed Iqbal, juez jubilado y activista islámico, agrega: “Quien se tomó el derecho de rever la ley, no es el propietario de la entera provincia de Sindh. Todos deben tomar posición sobre la ley de las minorías”.