Religiosa de Kandhamal: Cristo crucificado me ha impulsado a servirlo
de Santosh Digal

Sor Prabhati Sual Singh hizo los votos junto a otras seis hermanas. Las religiosas ingresaron en la congregación de las hermanas de San José de Annecy. La flamante consagrada proviene del distrito de Kandhamal, que en el 2008 fue azotado por las persecuciones de los radicales hindúes. 


Cuttack (AsiaNews) – “Cristo crucificado me ha impulsado a servirlo en mi misión” Es lo que afirma ante AsiaNews sor Prabhati Sual Singh, 22 años, originaria del Estado indio de Orissa, atormentado por los pogromos del 2008, que tomó sus votos junto a otras seis co-hermanas. “Mi vida pertenece a Jesús –agrega-. Yo participo de su misión. Su misión es mi visión”.

Las religiosas expresaron su profesión de fe el 5 de enero pasado y ahora  forman parte de la congregación de las hermanas de San José de Annecy. En la ceremonia de consagración estuvieron presentes 25 sacerdotes, 40 hermanas y 50 laicos, además de familiares y amigos de hermanas.

Sor Prabhati proviene de la parroquia de San José Obrero de Godapur, en el distrito de Kandhamal, lugar donde entre el 2007 y el 2008 los cristianos sufrieron, de parte de los radicales hindúes,  la persecución más violenta que jamás se haya perpetrado en la India. Ahora, continúa, “estoy dispuesta a sumergirme, con convicción, en la misión de Jesucristo y, con la gracia de Dios, a trabajar por la Iglesia e incluso a sufrir por Él”.

La hermana cuenta: “Hoy es un día especial y espléndido para todas nosotras. Nuestros corazones se alegran con un nuevo canto, con el cual cantar y alabar a Dios por el maravilloso don que da dado a nuestras vidas, por todos los altibajos que la han vuelto digna de ser vivida y por la vocación a la vida religiosa que hemos recibido. El amor de Dios, sus gracias y sus bendiciones no han aferrado de un modo poderoso, a pesar de nuestras innumerables imperfecciones”.  

La nueva consagrada también agradece a los progenitores presentes en la ceremonia, “porque han sembrado en nosotros la semilla de la fe y han permanecido firmes junto a nosotros en nuestro viaje hacia Jesucristo, sosteniéndonos con oraciones y sacrificios”. Al referirse a los formadores y docentes, dijo que ellos son “siempre pacientes cuando se trata de modelarnos, para que podamos adaptarnos y entrar en la familia de Dios”. Y concluye con un deseo: “Permanecer siempre cerca de Dios, mientras nos ocupamos de nuestras misiones en las respectivas áreas de apostolado”.