Katmandú está atrasado con las ayudas. Jóvenes cristianos voluntarios entre los que sufrieron el terremoto
de Christopher Sharma

Unos 100 estudiantes secundarios y universitarios han transcurrido las vacaciones invernales llevando socorro a los 14 distritos más afectados. Comprometidos en la reparación de las carpas y la distribución de comida caliente. De lo que tenía que donar el gobierno en tres cuotas ni siquiera la primera fue dada.


Katmandú (AsiaNews)- Mientras las autoridades de Katmandú continúan atrasando en llevar ayuda a los que sufrieron el terremoto, los jóvenes cristianos voluntarios decidieron organizarse en modo autónomo. Son en total un centenar, estudiantes secundarios y universitarios, que durante el mes de vacaciones invernales han llevado socorro a aquellos que todavía viven bajo tiendas después del sismo del 25 de abril de 2015. Mons. Paul Simick, vicario apostólico de Nepal, expresa alegría por la iniciativa de los voluntarios cristianos. “Visité diversas personas que sufren por el hielo y piden ayuda. Nosotros estamos en primera línea a través de la obra de nuestros misioneros, grupos eclesiales y jesuitas que están construyendo casas y escuelas para los pobres. Nuestro trabajo continúa, mientras nos llegan las narraciones de las personas desilusionadas por el gobierno”.

Los voluntarios provienen de varios distritos y son guiados por varios coordinadores. Narendra Tamang, que asiste a 20 estudiantes del distrito de Sindupalchowk, explica a AsiaNews que “los jóvenes fueron destinados en los 14 distritos más afectados por el terremoto, donde la población está sufriendo más”. El dinero de esta misión, agrega, “fueron donados por los mismos estudiantes, que por un año han ahorrado, renunciando a algunas diversiones como el cine”.

En cuanto a las tareas, “los jóvenes están ocupados en tareas manuales, como la reparación de la tienda dañadas. Además muchas personas ancianas viven solas y no pueden ni siquiera cocinar porque no tienen leña para arder. Aquí en invierno hace mucho frío, por lo tanto tuvimos que traer madera y les garantizamos al menos dos comidas calientes por día”.

Philip Shrestha, joven líder que coordina a otros coetáneos del distrito de Gorkha, reporta que la “idea de este trabajo voluntario vino de las enseñanzas del Evangelio”. Él lamenta que “después de 20 meses de los cimbronazos, muchísimas viven todavía bajo las tiendas e imploran ayuda. El gobierno anuncia programas pero después no los pone en práctica”.

Según el joven, “Las autoridades no deberían hacer otra cosa que canalizar en modo adecuado los fondos que llegaron del extranjero, pero en el poder se están alternado nuevos jefes”. Ellos destinan los fondo ante todo a sus partidos- es la denuncia- y algunos asentamientos han recibido una primera parte de las ayudas gracias a sus ligámenes políticos. En cambio las otras personas necesitadas esperan en los campamentos. Quien tiene fondos personales a disposición o una casa en otras zonas encontró otra solución, pero los otros viven bajo los árboles”.

Precedentemente Katmandú había asegurado que los sobrevivientes habrían recibido préstamos de unos 2600 euros por familia, para reparar las casas destruidas o dañadas, para reiniciar en otras cuotas. Muchos todavía están esperando la primera parte de los fondos.  

Govindaraj Pokhrel, director de la Comisión nacional para la reconstrucción, motiva el atraso de los socorros así: “Fui nombrado de hace muy poco y estoy intentando de coordinar en el modo mejor todas las fuerzas en campo”. Luego admite: “Sabemos que no estuvimos en grado de respetar los anuncios del gobierno y satisfacer las expectativas de la población, pero esperamos rápidamente distribuir las financiaciones prometidas”.