Béchara Raï sobre el congreso en Al-Azhar: que desaparezca la palabra “minoría”
de Fady Noun

La satisfacción del patriarca a su regreso de Egipto: “Se habló la lengua de un mundo que necesita respirar, un mundo que necesita libertad, diversidad y complementariedad”. Antoine Courban: “Al-Azhar,  etapa importante en la reforma del pensamiento musulmán”. La salvación del mundo árabe viene de la unidad entre cristianos y musulmanes.


El Cairo (AsiaNews)- “El término ‘minoría’ debería desaparecer de nuestros diccionarios”. Es con este espíritu que el Card. Béchara Raï, patriarca maronita, a su regreso de Egipto, donde fue uno de los principales protagonistas  del congreso organizado por Al-Azhar, sobre el tema “Libertad y ciudadanía… diversidad y complementariedad” (28 febrero-1 de marzo).

En el Fórum han participado 260 personas, reuniendo a líderes religiosos y personalidades académicas y políticas provenientes de 60 países árabes y musulmanes. Como muchos otros que han asistido, el jefe de la Iglesia maronita  subrayó la excepcional importancia de la conferencia de Al-Azhar, tanto para las relaciones islámico-cristianas como para las relaciones entre los musulmanes mismos.

El viernes 3 de marzo, volviendo al Líbano, el patriarca expresó su aprecio por los debates que están “fuera de los esquemas”. Ellos han tratado “con valentía” temáticas que, dijo, “pueden resultar familiares en el Líbano, pero que jamás han sido representados en modo tan exhaustivo como antes”.

El Patriarca declaró que el congreso permitió a los 260 oradores  “hablar una misma lengua”, es decir “la de un mundo que necesita respirar, un mundo que necesita de libertad, diversidad y complementariedad”.

El patriarca precisó que había discutido todas estas cuestiones con el Presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi y el patriarca copto Tawadros II. “La palabra ‘minoría’ debería desaparecer de nuestro vocabulario,  y ser sustituida por ‘ciudadanía’, subrayó el patriarca”.

Luego agregó. “Este es el precio para la salvación del mundo árabe y de la cultura árabe que nosotros, musulmanes y cristianos, hemos construido. Tuve la impresión, durante mi encuentro con el presidente al-Sisi, de que este último es totalmente consciente de esto. Además, es a través de nuestra solidaridad interna que estaremos en grado de enfrentar el fanatismo, la violencia y los crímenes cometidos en nombre de la religión. Es lo mismo para el Papa Tawadros II. Nos sentimos como en casa y esto es un motivo de orgullo y de alegría, un gran amor por el Líbano”.

Este sentimiento es compartido por todas las personalidades a su regreso de El Cairo. Para Antoine Courban, profesor de la universidad Saint-Joseph, el congreso de Al-Azhar será una etapa importante en la reforma del pensamiento musulmán.

El académico que fue asociado en la fase final de los trabajos del Congreso, releva en particular el hecho de que el gran imán Ahmad el-Tayeb haya podido leer él mismo la declaración final. Algunos de sus colaboradores, en cambio, expresaban reservas al respecto y dudaban en conferirle semejante olemnidad, aconsejando que quien la leyese fuese otra persona.

El profesor Courban insiste en que esto representa un simple parecer del imán de Al-Azhar, pero “un solemne compromiso religioso”. Él agregó que la conferencia de Al-Azhar debe marcar “la prevalencia del islam mediterráneo en la península arábiga”.

 

Vocabulario sin compromisos

“Un evento extraordinario, con un vocabulario nuevo y sin compromisos- y también sin hostilidad”: es en estos términos entusiastas y realítas que Antoine Messarra, miembro académico del Consejo constitucional libanés, describió el congreso de Al-Azhar.

“La novedad es que los términos ‘minoría’ y ‘Estado islámico’ desaparecen. El Estado es el Estado”, agrega el profesor Messarra, el cual se alegra por el hecho de que el “pluralismo jurídico es totalmente compatible con el patrimonio constitucional árabe, como fue expresado en particular por la Constitución de Medina que es un texto fundanter”.

Además, el académico recibe favorablemente  la “ejemplar” presencia libanesa, que se presentó en El Cairo. “Nuestro ejemplo es esperado-dice- y nos es reclamado. Los libaneses han trabajado realmente como un único grupo, que refleja la realidad del modelo libanés, bastante contraria al discurso mediático dominante. Esto exalta los horrores del Estado islámico y alimenta la idea de su aplastante presencia. En El Cairo, la perspectiva fue la inversa,  y es el islam moderado lo que surgió más claramente, mientras que el islam radical  demostraba su verdadera dimensión patológica”.  

 

Recordamos a continuación el primer punto de la declaración de Al-Azhar:

“La noción de ciudadanía está muy arraigada en el islam. Su primera aparición surge en la Constitución de Medina y en las alianzas y de los documentos del profeta Mahoma que le siguieron, los cuales regulan las relaciones entre los que son musulmanes y los que no lo son (…) según la cual los no musulmanes compartían los mismos derechos y deberes”. Esta práctica no preveía ningún tipo de discriminación o exclusión en relación a parte alguna de la sociedad de aquella época, sino que preveía el ejercicio de políticas basadas en una pluralidad de religiones, de razas,  de estratos sociales, una pluralidad operativa en el cuadro de una ciudadanía completa e igualitaria, tal como se configuraba en la constitución de Medina (...) según la cual los que no eran musulmanes y los musulamnes compartían los mismos derechos y deberes".