Mons. Pizzaballa: la Cuaresma en el Patriarcado Latino

Los errores del Patriarcado en el manejo administrativo y financiero. La Cuaresma y el camino de conversión. El compromiso de los sacerdotes y de la comunidad. El Tesoro en vasijas de barro.


Jerusalén (AsiaNews) – Por primera vez en calidad de Administrador apostólico, Mons. Pizzaballa ha dirigido a la diócesis del Patriarcado latino de Jerusalén una carta en ocasión del tiempo de Cuaresma. En la carta afronta la situación del Patriarcado, recordando el rol desarrollado en sus 170 años de existencia y la importante contribución de las escuelas, parroquias e instituciones a la vida de los cristianos. Citando al Papa Francisco, Mons.  Pizzaballa exhorta a no “contentarse con una vida mediocre”, sino prepararse para el camino de conversión de la Cuaresma.

Refiriéndose a su tarea como Administrador Apostólico, él hace un elenco de los problemas que se presentan, con una mención particular de las dificultades financieras y administrativas. “Nos hemos equivocado en algunos ámbitos importantes, quizás por no concentrarnos lo suficiente en nuestra misión primera: predicar el Evangelio y dedicarnos a las actividades pastorales”· Entre las problemáticas aludidas, están las financieras, vinculadas a la universidad americana de Madaba, nacida por iniciativa del Patriarcado: a fines del 2014 la santa Sede creó una comisión ad hoc con la cual asegurarse de su estabilidad.

El camino para transformar esta crisis en “lugar de vida nueva” se inició al reparo de la Cuaresma, con la reunión de todos los sacerdotes del Patriarcado Latino, desarrollada el 27 y 28 de febrero en la Casa de la Visitación de las Hermanas del Rosario en Fuheis, Jordania. El encuentro debía servir como asamblea general anual. “Tenemos mucho por hacer. Ahora es momento de iniciar el trabajo de reforma, reconstrucción y renovación”.  

Según Mons. Pizzaballa, el Patriarcado logrará superar este momento de dificultad gracias al compromiso que los sacerdotes y obispos demostraron en dicha reunión.

Pero para el prelado, toda la comunidad, a su vez, es llamada a participar en esto: “Pido a todos ustedes rezar durante la Cuaresma para que podamos trabajar juntos de verdad, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas, jóvenes y ancianos”.  

Entre las propuestas a futuro, está la de abrir nuevas oficinas diocesanas que coordinen y unifiquen el servicio pastoral brindado a la comunidad.

Por último, el Administrador Apostólico, citando a San Pablo en su carta a los Corintios, recuerda que “nuestra debilidad humana” es necesaria para que quede claro que este “poder extraordinario” pertenece a Dios, y no al hombre. Por eso, los fieles pueden estar seguros de que el tesoro que les ha sido confiado, “brillará igualmente, aunque seamos vasijas de barro”.

Concluyendo, el prelado manda un mensaje de aliento: “Hermanos y hermanas, unidos en la oración de esta Cuaresma, nos preparamos para seguir al Señor en Jerusalén. Sí, el camino será difícil, pero dejen que comparta con ustedes mi confianza en que si perseveramos con Él, ¡apareceremos en la luz de Su Resurrección! ¡Que el Señor pueda bendecir a cada uno de nosotros en este camino cuaresmal!”