En el encuentro están presentes delegados del gobierno y representantes de los grupos opositores. No habrá coloquios “directos”, y las posiciones se muestran cada vez más distantes. Los enfrentamientos de los últimos días, que han embestido la capital, han incrementado la tensión. El enviado especial de la ONU emprende una visita a Ankara, Moscú y Riad para mediar un acuerdo.
Ginebra (AsiaNews/Agencias) – Hoy se inicia en Ginebra, Suiza, el quinto round de coloquios de paz sobre Siria, con la mediación de las Naciones Unidas. En el encuentro debieran participar tanto delegados del gobierno como representantes de la oposición, si bien las posiciones entre los dos frentes se muestran cada vez más distantes, lo cual torna difícil pensar en una hipótesis de acuerdo. En tanto, en el territorio se registra una escalada de violencia que, en los últimos días, ha incluido ataques a Damasco, y que hace peligrar cada vez más la “frágil” tregua nacional, vigente desde la medianoche del 30 de diciembre.
El enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, había mostrado un cauto optimismo al término del cuarto encuentro, a fines de febrero. Según el alto diplomático –que ha emprendido un tour diplomático que incluye Ankara, luego Moscú y Riad, a fin de reemprender los diálogos- el clima parece ser “mejor” que el que imperaba en los anteriores “coloquios indirectos” ocurridos en el pasado. Los encuentros en Astaná, realizados en enero, han favorecido algunos pequeños pasos adelante; el esfuerzo diplomático habría favorecido la redacción de una “agenda clara” en torno a la cual discutir, y ahora “está todo dispuesto” para seguir adelante.
En base a los acuerdos alcanzados anteriormente entre los dos frentes, en estos coloquios debiera discutirse sobre la forma de gobierno, un nuevo proyecto de Constitución, las elecciones y la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, la situación en el territorio se vuelve cada vez más crítica y las condiciones relativas a la seguridad han empeorado, sobre todo en Damasco y en la provincia central de Hama.
Y también en este caso, se torna difícil una perspectiva de coloquios “directos” entre los dos frentes.
En los últimos días, grupos rebeldes y yihadistas han asaltado barrios de la capital, tomando por sorpresa a las fuerzas del gobierno. En respuesta, la fuerza aérea del presidente Bashar al-Assad emprendió ataques aéreos lanzando cohetes y misiles, agravando todavía más el clima en la vigilia de las negociaciones.
La oposición quiere discutir, en primerísimo lugar, la expulsión del presidente Assad, como condición número uno para restablecer la paz en el país; el objetivo primario del gobierno es “la lucha contra el terrorismo”, término con el cual Damasco comprehende la totalidad de la galaxia de la oposición armada, sea ésta yihadista o no.
La tragedia del conflicto sirio, que se detonó en marzo de 2011 y que ya ha entrado en su séptimo año, está contenida en las cifras difundidas en los últimos días por las Naciones Unidas y las ONG que se desempeñan en el territorio: más de 320.000 muertos, casi la mitad de la población ha sido arracada de sus hogares, de sus orígenes. Murieron 96.000 civiles, de los cuales 17.000 eran niños. Sobre una población de 23 millones de habitantes antes de la guerra, hoy los desplazados internos suman 6,6 millones, otros 4,7 millones viven en ciudades que se encuentran asediadas o en áreas que son difíciles de alcanzar.
Según el Alto comisariado de la ONU para los refugiados, 4,9 millones de personas han dejado su país. Y el 90% de ellas vive en condiciones de pobreza, mientras el otro 10% es considerado “extremadamente vulnerable”. Para los expertos, la guerra ha hecho retroceder varias décadas a aquél que era uno de los Estados más evolucionados de toda la región medio-oriental, tanto desde el punto de vista económico, como cultural y social. El sistema educativo y el sistema de salud atraviesan una grave crisis, mientras que el volumen de negocios entre el 2010 y el 2015 se ha derrumbado en un 55%.