El encuentro entre Trump y Xi, una cumbre de 'amistad'

La cena de honor de los huéspedes chinos fue en simultáneo con el ataque a la base siria. Ambos presidentes necesitan mostrar que el encuentro es un éxito. Pero los pasos que debe dar China tienen un alto costo. 


Mar-a-Lago (AsiaNews/Agencias) –  El presidente de los EEUU Donald Trump ha dicho que el primer encuentro con su homólogo chino  Xi Jinping ha servido para “desarrollar una amistad” entre los dos. En la suntuosa finca de Trump en Mar-a-Lago, en Florida, anoche, los dos se estrecharon la mano, bebieron té, participaron de una elegante cena, con la sonriente presencia de sus respectivas esposas, Melania Trump y Peng Liyuan. El fabuloso marco no impidió la demostración de fuerza de la parte estadounidense que, mientras honraba a los huéspedes chinos, procedía a atacar con misiles la base siria de  Khan Sheikhun.

En la vigilia del encuentro, muchos analistas habían imaginado que el mismo –que continuará hoy- contemplaría la cuestión de Corea del Norte y su programa nuclear, el expansionismo de Beijing en el Mar de la China meridional, el desequilibrio de la balanza comercial desfavorable a los EEUU. En la única declaración que Trump concedió a los periodistas, él declaró: “es un gran honor tener al presidente de China y a su increíblemente talentosa mujer. Ya hemos tenido una larga conversación. Hasta ahora no he obtenido nada. Absolutamente nada, pero hemos desarrollado una amistad. Pienso que, a largo plazo, tendremos una gran, una grandiosa relación, que aguardo mucho”.

Trump hizo caso omiso de todas las preguntas referidas a Siria y a Corea del Norte, que los periodistas le lanzaban a los gritos.

Pocas horas antes, Xi había hecho su arribo al aeropuerto de Palm Beach, donde fue recibido por el secretario de Estado Rex Tillerson. Antes de reunirse con el huésped chino, Tillerson difundió una declaración en la cual dijo que “El principal objetivo de nuestras políticas comerciales es la prosperidad de los trabajadores americanos. En pos de este objetivo, nosotros procuramos un compromiso económico con China, que ponga en primer lugar el bienestar económico del pueblo americano”.

Se preanuncia que la relación va a ser difícil, aunque ambos líderes necesiten que este encuentro, el de ayer y el de hoy, sea publicitado como un suceso. Trump y Xi están en un momento delicado: el presidente de los EEUU está tocando el mínimo histórico en lo que se refiere a la simpatía del pueblo americano, y padece resistencias y oposiciones en su staff y en su partido;  Xi está a la espera del Congreso del Partido comunista, que será en octubre, donde deberá decidirse el término o la continuidad de su plana de líderes.

Trump y los EEUU necesitan del vínculo económico con Beijing, pero para que éste se favorable a Washington se precisan reformas económicas y políticas que China teme tener que afrontar.