Católicos indonesios, la Semana Santa entre caballos y embotellamientos de tráfico
de Mathias Hariyadi

Se multiplican las iniciativas que ven la entusiasmada participación de los fieles. En estos días las iglesias están llenas. Distribuidas las “tareas” entre los entusiastas voluntarios. Los parroquianos asisten en las celebraciones litúrgicas y en los hechos prácticos.


Yakarta (AsiaNews)- Para la comunidad católica indonesia, la Semana Santa es un evento litúrgico y de fe a la cual los fieles participan con gran entusiasmo en una atmósfera de recíproca ayuda. Durante los más importantes del año litúrgico, se multiplican iniciativas que ve la entusiasta participación de los fieles.

En diversas localidades del país, el domingo de Ramos de este año está marcada por las cabalgadas que han tenido un gran suceso entre los fieles. En Yogyakarta (Java central), el p. Bintoto, capellán de la Academia de aeronáutica, desfiló en silla a caballo junto a numerosos católicos locales, mientras que el p. Rochadi, párroco de la iglesia de Juan Jautista María Vianney en Cilangkap, involucró en la especial “performance” a todos sus parroquianos. 

En esta semana, las iglesias están completamente llenas de personas. Para que la llegada del flujo o reflujo se desarrollara en modo normal, la gestión de los estacionamientos es crucial de importancia. Los transportes públicos en Yakarta, como en otras zonas del país, son carentes y obligan a los ciudadanos a desplazarse con medios privados. Centenares de rumorosos autos y motos llenan los estacionamientos parroquiales, que a veces no son tan grandes a suficiencia para poder colocar a todos. Por lo tanto los voluntarios se ocupan y muchas veces con gran dificultad a tratar de evitar los embotellamientos caóticos, también para evitar problemas con los vecinos no católicos.

 

Durante la Semana Santa, el número de las misas se reducen a dos o tres por día. La gran contribución voluntaria de los parroquianos se vuelva tan crucial, porque miles de fieles empiezan a llenar las iglesias parroquiales desde muy temprano, hasta muchas horas antes de las celebraciones. Defender el propio lugar se  vuelve imperativo para los parroquianos, porque las misas pueden durar hasta dos o tres horas. Para ayudarlos llegan por lo tanto varias personas para encargarse de “organizar” el conservar las sillas.

La vida de las comunidades católicas en Indonesia es viva y muy dinámica. En l arquidiócesis de Yakarta, un gran número de fieles de las parroquias ofrecen con alegría y en manera voluntaria la propia contribución para el desarrollo de las celebraciones. Los parroquianos asisten los sacerdotes en los aspectos prácticos relacionados con la vida de la comunidad. En ocasión de las de las ceremonias, son de hecho distribuidos entre los entusiastas voluntarios diversas “tareas”. Algunos de ellos por ejemplo se encargan de recoger las limosnas, otros de las decoraciones floreales. Hay también que se ocupa de la seguridad y quienes de los protocolos litúrgicos.