China y EEUU obligados a colaborar para superar juntos las crisis económicas

La unión entre los dos países se fortaleció en la crisis económica de 2008, cuando China en nombre de la estabilidad mundial apoyó el débito público americano. Hoy están unidos en los desafíos para las reformas económicas y para las soluciones de las crisis internacionales, a partir de Corea del Norte.


Hong Kong (AsiaNews/Agencias)- El rol clave de China es reconocido y alentado por los EEUU. No solamente en su calidad de comprador de títulos de Estado americanos, sino sobre todo al fin de estabilizar la economía y la política global. Quien sostuvo esta tesis, en un  informe publicado en el South China Morning Post, fue Brian Moore, miembro del Pacific Forum- Centre for Strategic and International Studies. Los EEUU, explicó, a menudo han considerado a China como la fuente de muchos males de la economía americana. Según esta vulgata, los títulos de Estado americanos han constituido la plataforma de las campañas de manipulación sobre la moneda puesta en acto por China para mantener el valor del yuan artificialmente bajo. Una práctica que habría terminado por devastar el sector de la manifactura americana. La participación accionaria masiva de China en el débito de los EEUU, de hecho, habría sometido a los americanos a la voluntad de Beijing mientras que las grandes empresas estatales chinas podían observar de cerca a las empresas americanas y realizar las adquisiciones estratégicas. En algunos casos poniendo en riesgo la seguridad nacional. Esta es una posición fuerte desde el punto de vista retórico, no sin elementos de verdad, que todavía no hacen justicia a los hechos, según Moore.

Cuando, de hechos, el sistema financiero mundial corrió el riesgo del desastre total fue justamente China quien permitió a todos detenerse sobre el borde del precipicio. Durante el asalto de la crisis financiera de 2008, el Tesoro americano evaluó las participaciones accionarias chinas en títulos estadounidenses en 1200 millardos de dólares. Sin embargo el mercado estaba enviando claras señales a los detentores del débito americano de vender las propias reservas. Si China hubiese aflojado habría suscitado una ola de ventas en breve tiempo que habría comprometido al final la capacidad de Washington de intervenir en la crisis con fuertes inyecciones de liquidez en el mercado (800 millardos de dólares). En cambio los chinos no sólo no cedieron sino que demostraron hasta la capacidad de rechazar la participación en el intento ruso de minar el sistema financiero americano. El ex-experto de la CIA para Asia del Este, William Brown, tuvo modo de subrayar que china en esos días de crisis aumentó constantemente las propias participaciones, suscitando probablemente preocupación en las facciones anti-americanas en el mundo. Si solamente hubiese querido castigar a los EEUU, habría tenido la ocasión justa para hacerlo “si bien a caro precio”, se subraya en el informe. Cuando la crisis apuntó contra Fannie Mae y Freddie Mac, las dos sociedades definidas sistémicas para los EEUU porque detenían o garantizaban más de 5 mil millardos de dólares en hipotecas residenciales y títulos garantizados por mutuos, más o menos la mitad del mercado de mutuos totales, las voces provenientes de los fondos del mercado monetario americano. Ma Zhou Xiaochuan, el gobernador del Banco central de China, en una llamada telefónica con el sub-secretario para los negocios internacionales, David McCormick, confirmó que la Administración china había dado indicaciones que no se retiraran. China había entendido que la sobrevivencia de la economía americana era de vital importancia para el sistema financiero global. Una actitud seguramente interesado que sin embargo no pasó inobservado y fue recibido favorablemente por los EEUU. Una cuestión que además  fortaleció las relaciones entre funcionarios chinos y americanos, en esa época se reveló como crucial para prevenir el derrumbe. Hoy los EEUU y China están unidos en un gran desafío: la dura necesidad de restructurar ambas economías. Un objetivo que requiere a los chinos aumentar los consumos y disminuir las exportaciones netas, mientras que los EEUU deben hacer lo contrario. Una estrategia que incluye intrínsecamente una devaluación del dólar y una revaluación del yuan. Unidos en política exterior, visto que ciertas cuestiones, como la de Corea del Norte, son enormes si enfrentadas solos mientras que la “opción política de posponer una decisión común”, concluye el informe, “no parece estar más sobre la mesa”. En todo esto, el reconocimiento y el reforzamiento de la actitud positiva tenida pos China durante la crisis económica, por el evitado peligro, es un punto de partida fuerte.