Había abandonado la universidad y según ciertas personas él se habría radicalizado. Su padre y su hermano eran muy conocidos en la mezquita por su servicio y voluntariado. Los lugares sumamente concurridos resultan ser “vulnerables”.
Manchester (AsiaNews/Agencias) – Salman Abedi, de 22 años, nacido en Manchester, de progenitores de origen libio, sería el presunto kamikaze que, dos días atrás, mató a 22 personas e hirió a otras 59 al terminar un recital de la cantante Ariana Grande en el Manchester Arena.
La joven edad del sospechoso coincide con la joven edad de las víctimas. Entre ellas, hay una niña de ocho años, Saffie Rose Roussos, y una muchacha de 18, Georgina Callander. Otro joven que forma parte de la nómina de víctimas fatales es John Atkinson, de 28 años. Entre los heridos hay cuando menos 12 chicos menores de 16 años de edad.
Anoche, miles de personas se dieron cita frente al municipio de la ciudad para participar de una vigilia de oración y de silencio en honor de las víctimas
Salman Abedi fue estudiante de Economía en la Universidad de Salford, antes de abandonar sus estudios. Nacido en una familia musulmana devota de origen libio, él solía asistir a una mezquita, que no es la central, la Didsbury Mosque, donde su padre Ramadan era muy conocido porque a veces cantaba en la invitación a la oración. También su hermano Ismael era conocido por su trabajo de voluntariado. Los testimonios de quienes frecuentan la mezquita hablan de él como de un chico muy mesurado y jovial, pero otros dice que en el último tiempo se había ensombrecido. Según el Financial Times, Salman resultaba conocido para la Seguridad pública, y en los últimos meses había tomado el rumbo del radicalismo islámico. Abedi había llegado de Libia pocos días atrás.
Según la policía, el joven utilizó una bomba artesanal mezclada con fragmentos de metal para incrementar los daños provocados, masacrando personas al finalizar el concierto y poniendo fin a su propia vida. Según las cámaras de seguridad del lugar, Abedi había colocado el artefacto en un maletín que él apoyó en el suelo, antes de la deflagración.
Para el analista de seguridad Kit Nicholl, “varias indicaciones sugieren que el ataque fue meticulosamente planificado y que probablemente ha implicado a más de una persona”.
Muchos se preguntan si la seguridad fue suficiente, siendo que es tanta la “vulnerabilidad” asociada a los lugares de vasta concurrencia.
La policía ha arrestado a otro joven de 23 años en Chorlton, cerca de Manchester, que estaría presuntamente conectado con el ataque.