Beijing implementa un sistema de monitoreo submarino para "la ciencia y la seguridad” en el Mar chino

Un proyecto de casi 300 millones de dólares que abarca las aguas del Mar de China meridional y oriental. Para China, el mismo favorecerá “investigaciones científicas de avanzada” y prestará asistencia en la “prevención de desastres” naturales. Para los expertos, representa un sistema de control que provocará ulteriores alarmas entre los gobiernos del área. Alta tensión entre Beijing y Washington en relación a los mares. 


Beijing (AsiaNews/Agencias) – Los expertos chinos están estudiando la realización de un sistema de monitoreo submarino “para la ciencia y la seguridad nacional” que será localizado en las aguas del Mar de China oriental y meridional, que desde hace tiempo es objeto de controversias territoriales de larga data. Un sistema de alta tecnología, que favorecerá las “investigaciones científicas de avanzada” y brindará asistencia a los expertos en la “prevención de desastres” naturales en la región.

El sistema de observación del lecho marino tendrá un valor total que rondará los 2 millardos de yuanes (cerca de 290 millones de dólares); el mismo aportará información en tiempo real acerca de las condiciones del ambiente y de la actividad del fondo del mar, incrementando aún más la presencia y las actividades –militares y no militares- de Beijing en los mares de la región Asia-Pacífico.

Recientemente, el proyecto recibió la aprobación del plan, cuya realización llevará cuando menos cinco años hasta alcanzar su completa operatividad. En el contexto de la obra, será realizado un banco de datos en Shaghái, para monitorear datos químicos, biológicos y geológicos a partir de los sistemas dispuestos debajo del mar.

Fuentes chinas afirman que el proyecto no solamente contribuirá a la investigación científica, sino también a la prevención de desastres, pero que al mismo tiempo será esencial en términos de seguridad nacional. Analistas y expertos en política internacional afirman que la decisión de Beijing está destinada a generar ulteriores alarmas entre las naciones del área,  a punto de declararse la  guerra debido a la presencia militar y civil en los atolones chinos.

Beijing reivindica una porción consistente de océano, que comprende las Spratly y Paracelso, islas que son disputadas por Vietnam, Taiwán, Filipinas, Brunéi y Malasia (casi el 85% del territorio) en el Mar de China meridional, y las Senkaku (para Japón,  conocidas como Diaoyu en China), en el Mar de China oriental. El gobierno chino ha emprendido la construcción de una serie de islas artificiales, con bases militares y faros para la navegación.

Las estimaciones efectuadas recientemente refieren que el valor comercial de los productos en tránsito en dicho área gira en torno a los 5 billones de dólares. Los países del Sudeste asiático cuentan con el apoyo de los Estados Unidos, que han juzgado “ilegal” e “irracional” la denominada “lengua de buey” usada por Beijing para demarcar el territorio, llegando a comprender casi el 80% de los 3,5 millones de kilómetros cuadrados.

En tanto, sigue siendo elevada la tensión con Washington, que la semana pasada acusó a China de “interceptación peligrosa” luego de que un buque de guerra estadounidense entrara en las aguas disputadas en el Mar de China meridional. Fue rápida la réplica de Beijing, que se refirió al hecho como una violación territorial cometida por los americanos. En el fin de semana, el ministerio de Defensa chino acusó a las fuerzas armadas de los EEUU de representar un peligro para los mares de la región.

En el último período, el enfrentamiento entre Washington y Beijing tuvo un enfriamiento temporal, en el intento de hallar una solución común frente a la amenaza norcoreana. Sin embargo, las tensiones volvieron a emerger al poco tiempo, confirmando que, a largo plazo, la falta de una solución compartida y duradera podría conducir a un conflicto de proporciones inmensas.

“Recientemente – afirma Beijing – los Estados Unidos han enviado patrullas militares y buques de guerra que se han adentrado en el espacio marítimo y aéreo chino, violando la soberanía territorial y planteando una grave amenaza a la vida de las personas”. Son los Estados Unidos, agrega la nota, los responsables de los incidentes.

Li Jie, experto militar con base en Beijing, resalta que las relaciones entre China y los Estados Unidos han mejorado, sobre todo por el esfuerzo común en clave anti-coreana. Sin embargo, en términos más profundos, los lazos entre las dos súper potencias siguen siendo tensos, y en vista de que la política internacional ha llegado a un acuerdo para la aplicación de nuevas sanciones a Pyongyang, los contrastes han vuelto a surgir con toda su fuerza.