‘Solidaridad orante’ del Vaticano para con los musulmanes en ocasión del Ramadán

El Mensaje publicado hoy es el 50mo en la historia del Pontificio Consejo para el diálogo inter-religioso. La vocación por la custodia de lo creado, nuestra “casa común”. 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Solidaridad orante” y deseos de “serenidad, alegría y abundantes dones espirituales” son ofrecidos a los musulmanes para este Ramadán por parte del Pontificio Consejo para el Diálogo Inter-religioso. En un Mensaje difundido hoy, firmado por el presidente, Card. Jean-Louis Tauran y por el secretario del Consejo, Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, se recuerda que el primer Mensaje enviado en ocasión del Ramadán data de 50 años atrás, a sólo tres años de la formación del Pontificio consejo.

El Ramadán es el período de oración y ayuno diario que cada noche prevé una cena festiva (el Iftar, ver foto), y que se concluye con la fiesta del Id al-Fitr. Este año, el mes se inició el 27 de mayo y se concluirá el 24 de junio.

Después de hacer un recorrido por el último tiempo y por algunos de los Mensajes más significativos, que van desde Juan Pablo II y llegan al Papa Francisco, el texto se focaliza en el tema de este año: “Cristianos y musulmanes: juntos para el cuidado de la casa común”, que retoma algunas ideas lanzadas por el Papa Francisco en su encíclica “Laudato sì”.

“El Papa Francisco –dice el Mensaje- llama a prestar atención sobre los daños causados al ambiente, a nosotros mismos y a nuestros semejantes, por nuestros estilos de vida y por nuestras decisiones. Hay, por ejemplo, algunas prospectivas filosóficas, religiosas y culturales que representan una amenaza para la relación de la humanidad con la naturaleza. Acoger este desafío nos involucra a todos, prescindiendo del hecho que profesemos o no un credo religioso. El mismo título de la Encíclica es expresivo: el mundo es una ‘casa común’, una morada para todos los miembros de la familia humana. Por lo tanto, ninguna persona, nación o pueblo puede imponer la propia comprensión del planeta de una manera exclusiva”.

El texto recuerda que “la crisis ecológica es un llamado a una profunda conversión interior” y que la custodia de lo creado forma parte de “nuestro compromiso religioso como cristianos y musulmanes”.

“¡Que los pensamientos religiosos y la bendiciones que derivan del ayuno, de la oración y de las buenas obras –es la conclusión- puedan sosteneros, con la ayuda de Dios, en el camino de la paz y de la bondad, en el cuidado brindado a todos los miembros de la familia humana y a toda la Creación!”