El joven, condenado a 15 años de trabajos forzados en marzo de 2016, parece estar en un estado de coma. Ciudadanos de los EE.UU. y Corea del Sur utilizan como moneda de cambio las relaciones diplomáticas. Tres estadounidenses y seis coreanos están todavía en prisión en Corea del Norte. Entre ellos algunos misioneros protestantes, acusados de espionaje o traición. El Sur está presionando por la reapertura del diálogo.
Seúl (AsiaNews) - Un estudiante de Estados Unidos, Otto Warmbier, fue liberado ayer de la prisión en Pyongyang y tarde en la noche ha llegado a su tierra. En marzo del año 2016 el estudiante de 22 años de edad, fue condenado a 15 años de trabajos forzados con la acusación de haber robado material de propaganda. Warmbier había confesado entre lágrimas (v. Foto), diciendo que había tomado sólo un cartel de la propaganda del régimen y darla como regalo a un amigo metodista en los Estados Unidos.
La familia Warmbier anunció a los medios de comunicación que su hijo "está en coma" o "ha estado en coma" por un período después de la sentencia.
En momentos de gran tensión, Corea del Norte utiliza a menudo detenciones de personalidades de los Estados Unidos o de Corea del Sur como palancas diplomáticas (o chantaje) para obtener las concesiones o reducciones de tensión con los países de origen de los detenidos.
Otros tres ciudadanos estadounidenses están en las cárceles de Pyongyang: Kim Dong-chul, 62 años, condenado a 10 años de trabajos forzados; Kim Sang-duk, detenido en el pasado abril; Kim Hak-song, arrestado en mayo pasado.
Según el Ministerio de Unificación en Seúl, también hay al menos seis surcoreanos entre los presos del norte. Algunos de ellos son misioneros o religiosos, acusados de traición o espionaje.
Después de años de relaciones congeladas, Seúl está tratando de reanudar los contactos con Pyongyang, permitiendo las relaciones intercoreanas a través de ONG y organizaciones religiosas llevando medicinas, alimentos, materiales de construcción en el Norte, sin violar las sanciones internacionales.
Hasta ahora, sin embargo, Pyongyang ha negado a tales grupos el visitar Corea del Norte, tomando como excusa el hecho de que Seúl ha apoyado las últimas sanciones de la ONU.