Inundaciones y avalanchas: hay 15 muertos y miles de evacuados. Cristianos a la vanguardia en las tareas de socorro
de Christopher Sharma

El distrito más golpeado es el meridional de Saptari. Las inundaciones se agravaron a raíz de los diques construidos por la India para evitar las inundaciones en su lado de la frontera. Caritas distribuye comida, ropa y medicamentos. Hay riesgo de epidemias.  


Katmandú (AsiaNews) – Hay al menos 15 muertos y miles de personas evacuadas en el sur de Nepal, a causa de las inundaciones y avalanchas provocadas por las lluvias monzónicas. Como todos los años, en este período, el país es castigado por las precipitaciones, que no llegan a ser absorbidas por la tierra. El motivo, explicó  Krishna Bahadur Katuwal, responsable de la administración del distrito de Saptari (el más afectado), “es el sistema de diques construido en la frontera con la India, destinado a prevenir las inundaciones en el lado indio”. Ante esta emergencia, Caritas se puso manos a la obra de inmediato, para socorrer a todos, sin hacer distinciones de credo. El Pbro. Silas Bogati, director de Caritas Nepal, afirma: “Estamos brindando apoyo a las personas necesitadas y a aquellas que están en dificultades, sin hacer discriminaciones. Brindamos ayuda inmediata a las personas, sin importar el credo”.

El administrador Katuwal cuenta que “muchas zonas densamente habitadas, entre ellas Bhediya y Mayanakaredi, han quedado completamente bajo el agua. Las pequeñas cabañas y los productos flotan en la superficie. Más de 100 familias han sido evacuadas, el ganado ha quedado arrasado y la gente no tiene comida ni ropa”. El padre Bogati agrega: “Continuaremos brindando socorro a las víctimas, de acuerdo a nuestros recursos y según nuestra disponibilidad”. En este momento, refiere el voluntario Prakash Khadka, “estamos distribuyendo comida, ropa y medicinas”

Por cómo está conformado el territorio, el agua que proviene de las montañas debiera fluir y dirigirse a las llanuras de la parte meridional del país, y allí ser absorbida por el suelo. Sin embargo, esto no está ocurriendo a causa de las represas y diques construidos por la India, y el agua termina estancándose y sumergiendo las viviendas.

Ram Jivan Yadav, uno de los sobrevivientes, cuenta: “Tengo tres hijos, y mi mujer está encinta. Hace cinco días que no comemos un plato de comida normal, y sobrevivimos sólo gracias al sostén que nos brindan las organizaciones de socorro. Nosotros somos fieles hindúes, pero los cristianos no están brindando protección”. Otra víctima, Kusuni Devi, cuenta haber “perdido todo, todas mis cosas, y mi casa está inundada. Logré escapar, y ahora muchos de nosotros tememos las enfermedades, que podrían empezar a propagarse”.

En efecto, los sectores de la población que se encuentran en mayor riesgo –niños pequeños, mujeres encinta y ancianos- ya están comenzando a manifestar los primeros síntomas de enfermedades.  Binod Parajuli, director del Centro para la gestión de desastres, afirma: “El problema es algo generalizado, afecta a todo el país. Nuestras capacidades son muy limitadas. Todas las organizaciones cristianas y no gubernamentales nos están ayudando. Incluso hemos pedido al gobierno que intervenga sobre la India, para que ayudar a atenuar las pérdidas”.