El primer obispo subterráneo, no reconocido por el gobierno fue cremado y sepultado rápidamente; a los fieles y a los sacerdotes les fue prohibido participar en la misa; prohibido también sacar fotos. El segundo, obispo oficial y consultor político del Parlamento chino, tuvo más días para que el cuerpo fuese honrado, la presencia de los fieles, las celebraciones.
Roma (AsiaNews)- Los ritos para los difuntos son un elemento muy importante en la cultura china tradicional, que en el culto de los antepasados manifiesta quizás la dimensión más importante y antigua de la experiencia religiosa china. Pero la ideología comunista es la paranoia del control logran transformar hasta la cultura tradicional. Ya sucedió con las directivas emitidas por el gobierno y por la Asociación patriótica para el funeral de Mons. Paolo Xie Tingzhe, obispo de Urumqi (Xinjiang) y con las exequias de Mons, Silvestro Li Jiantang, obispo de Taijuan (Shanxi). Ellos murieron a 13 horas de diferencia el uno del otro, el primero el 14 de agosto a las 8.30; el segundo el día antes a las 18 horas. Las historia de los dos prelados son similares: ambos pasaron decenios en los campos de trabajo forzado, pero el primero jamás aceptó incribirse en la Asociación patriótica; en cambio el segundo aceptó inscribirse y de buen agrado, si bien siempre aceptó ser fiel a la dictámenes de la evangelización.
La diferencia en la sumisión llevó a las diferencias en el rito: la de Mons. Xie fue enterrado rápidamente, sin honores; el otro recibió los honores del caso.
Ante todo, el tratamiento de los dos cuerpos fue muy diversa; la de Mons. Xie pudo ser expuesta a la devoción de los fieles sólo por 24 horas; el segundo fue expuesta por días, con una misa de sufragio hoy y el último funeral se hará el 19 de agosto, en su pueblo natal Gong´ergou.
Diferencias también en los ritos y en los tiempos. Solo dos horas después de la muerte de Mons. Xie, el “comité de los funerales”, obligado por el gobierno local, emitió un comunicado en el cual daban directivas precisas: el cuerpo del obispo no debía ser expuesto más allá del 15 de agosto; en la mañana del 16 debía ser cremado; la misa fúnebre no debía durar más de media hora, como así también la ceremonia de la sepultura de las cenizas en el cementerio de Dongshan en Urumqi.
El “comité de los funerales” estableció obligado por el gobierno local también que el funeral fuese celebrado por un sacerdote, el p. Wang Hong y la ceremonia de la sepultura de las cenizas por el p. Li Zheng. Otros dos sacerdotes-el p. Zhang Xuemin y Song Zunshen- podían estar presentes en la misa, pero se les prohibió concelebrar. A los 26 sacerdotes de la diócesis, todos hijos espirituales del obispo que hizo renacer de la nada la Iglesia de Urumqi les fue prohibido ir a la catedral-excepto los tres designados- debían quedarse en sus parroquias, bajo el control de la policía. Una ulterior prohibición: durante el funeral fue prohibido sacar fotos o filmar videos. A los fieles se prohibió participar en la santa misa.
No obstante esto, en los días de luto, miles de fieles y amigos del obispo llegaron a Urumqi y no pudiendo entrar en la catedral, fueron al cementerio de Dongshan para expresar su respeto a las cenizas del difunto (fotos 1 y 2).
Durante la ceremonia en el cementerio, policías de civil daban vueltas vigilando y controlando que se verificase la obediencia a las órdenes impuestas. Una fuente de Urumqi dice a AsiaNews: “Las autoridades hicieron de todo para minimizar el valor de la persona del obispo y de su influencia en la sociedad”.
En contraste con la obligada sobriedad de los funerales de Mons. Xie, los del obispo de Taiyuan fueron mucho más solemnes. Según algunos comentarios, estuvieron presentes al menos 5-6 mil personas cada día para rendir honores a los despojos en la catedral; cada día había ritos y plegarias; era imposible sacar fotos (v. fotos 3 y 4). Se celebró una misa de exequias hoy en la catedral, concelebrada por los sacerdotes y el día 19 se realizará el funeral final antes de su sepultura en su pueblo natal. Mons. Li Jiantang es definido como “secretario de la Asociación patriótica de la provincia de Shanxi” y “miembro de la Conferencia consultora política del pueblo chino”, el organismo que aconseja a la Asamblea nacional del pueblo, el Parlamento chino. Tal mezcla de religión y política le valieron los honores solemnes.