Según los expertos, un avión de caza SU-22 del gobierno arrojó cuatro bombas: tres de tipo convencional y una con el agente químico, de fabricación soviética. Damasco rechaza las acusaciones y las tilda de fake news. De Mistura relanza el “proceso político”: Damasco no puede declarase vencedor y los rebeldes deben aceptar la derrota.
Damasco (AsiaNews/Agencias) – Durante el ataque llevado a cabo en el mes de abril pasado en el bastión rebelde de Khan Sheikhoun, situado a unos 50 km de Idlib, en el noroeste de Siria, las fuerzas del gobierno han utilizado armas químicas. Es lo que ha establecido una investigación de una comisión independiente de derechos humanos de las Naciones Unidas, según la cual al menos 83 personas fueron muertas cuando un avión SU-22 de Damasco arrojó una bomba conteniendo gas sarín.
El reporte también acusa a los Estados Unidos, que durante un bombardeo realizado en el mes de marzo pasado, habrían atacado el complejo de una mezquita, matando a 38 personas. El ataque, advierten los expertos, constituiría una violación del derecho internacional porque “no se tomaron todas las medidas necesarias para reducir al mínimo las víctimas civiles”.
En junio, en un reporte de la Organización para la prohibición de las armas químicas (OPAC) se afirmó que las personas afectadas por el ataque del 4 de abril habían sido expuestas a agentes químicos, en particular, al gas sarín. Sin embargo, los expertos no lograron determinar qué sector había moldeado el ataque, ni los responsables implicados en el mismo.
Ahora, el reporte de la comisión de la ONU señala a Damasco como responsable. En respuesta, el gobierno sirio continúa negando todos los cargos, y tilda las acusaciones de fake news montadas artificialmente, a la vez que desmiente categóricamente el uso de agentes químicos.
El nuevo estudio conjunto OPAC-ONU se basa en entrevistas efectuadas a 43 testigos oculares, que abarcan víctimas y los primeros socorristas que intervinieron en el lugar de los hechos. De sus palabras surge que un avión de caza SU-22 llevó a cabo cuatro bombardeos en aquella jornada; la aeronave sólo es utilizada por el ejército sirio, con lo cual resulta fácilmente identificable.
Además, los análisis de los cráteres formados a raíz de las explosiones, y de las imágenes satelitales muestran que se utilizaron tres bombas convencionales y una con gas sarín, producida en lo que supo ser la Unión Soviética. También se desmiente la hipótesis difundida por Rusia, según la cual se habría atacado un depósito de gas, causando un escape.
En su momento, el presidente Bashar al-Assd intervino para referirse al hecho, sosteniendo que el ataque en Khan Sheikhoun –que desató una respuesta estadounidense, el bombardeo de una base aérea del gobierno- fue “un montaje”. Por otro lado, el líder de Damasco agregó que su ejército destruyó todo el arsenal químico que tenía a disposición en el pasado, tras firmarse el acuerdo entre Rusia y los Estados Unidos en el año 2013.
En tanto, en el conflicto sirio, ayer se ha registrado una nueva toma de posición del enviado especial de las Naciones Unidas, Staffan de Mistura, el cual se dirigió a ambas partes en lucha. El alto diplomático de las Naciones Unidas ha invitado a los líderes de las facciones opositoras a ser realistas, y a aceptar el hecho de que no han ganado la guerra. Sin embargo, los miembros del Alto comité para las negociaciones (HNC), apoyado por los sauditas, continúan exigiendo la expulsión de Assad como precondición para cualquier acuerdo.
De Mistura también se ha dirigido al gobierno sirio, al subrayar que no puede “declararse vencedor”, porque semejante postura anularía, de hecho, la prosecución de las negociaciones para poder llegar al fin del conflicto donde viene luchándose hace más de seis años y que ha causado más de 330.000 víctimas. “La única respuesta es el proceso político”, advirtió el diplomático de la ONU en vista del nuevo round de negociaciones en Ginebra, programado para el mes que viene.