Card. D’Rozario: El Papa Francisco será: ‘peregrino que va al alma del pueblo’ de Bangladesh

Se aguarda la visita del pontífice del 30 de noviembre al 2 de diciembre de 2017. Es la primera visita después de aquella realizada por Juan Pablo II en 1986. Una visita de Estado, que también abarca la atención pastoral de cristianos y musulmanes. Se estimula al diálogo entre las comunidades religiosas. La entrevista al arzobispo de Dacca.


Dacca (AsiaNews) –El hecho de que el Papa Francisco “estará en medio del pueblo” de Bangladesh, es para todos “fuente de extremada alegría”. Lo afirma en una entrevista concedida a AsiaNews el Card. Patrick D´Rozario y primer purpurado del país. Él habla de la inminente visita apostólica del pontífice, quien estará en Dacca desde el 30 de noviembre hasta el 2 de diciembre. Su viaje, afirma el Card., “es una bendición de Dios”. Su viaje, será como el de “un peregrino que va al alma del pueblo”.

Para los habitantes de Bangladesh, declara el Card. Rozario, la visita será una verdadera y auténtica “experiencia” de estar con el pontífice. Él subraya varias veces el aspecto del “contacto directo” entre la gente y el Papa. La visita será para tocarlo con la mano, estarle cerca, estar de pie en el mismo suelo. Es como si este deseo de tener una experiencia directa del Papa respondiese a una necesidad urgente de “la pequeña grey cristiana” de tener un hombre en medio de ellos, representante de Dios en la tierra. Por eso, el pueblo se alegró por la decisión de Francisco de ir a Dacca, con la cual lleva a la práctica su deseo de “ir a las periferias” de todo el mundo.

A propósito del éxodo de los musulmanes Rohinyás de Myanmar, el tema más candente de las últimas semanas, el Card. D´Rozario considera que “si el Papa Francisco tuviese que hablar, apreciará todo lo que ha hecho el gobierno de Bangladesh. No sabemos si se reunirá con los refugiados”. 

 

Eminencia, ¿cómo recibió la noticia de la visita del Papa Francisco a Bangladesh?

En los primeros meses de 2016, la honorable primera ministra (Sheikh Hasina) y la Conferencia episcopal de Bangladesh (CBCB) invitaron a Su Santidad, el Papa Francisco, a que visitase Bangladesh. Yo sabía de su deseo de visitar mi país desde hace un año. Desde entonces, nosotros estábamos aguardando el anuncio oficial, que fue el 28 de agosto. Cuando llegó la noticia de que el Papa visitaría nuestro país, el pueblo de Bangladesh y la comunidad cristiana exultó de alegría. Con un sentimiento de sincera gratitud, los cristianos y los fieles de otras confesiones han recibido la noticia de su venida como una bendición de Dios y un amor especial del Papa.

Habiendo pasado 31 años de la última visita del Papa Juan Pablo II, que vino en 1986, las personas finalmente lo tendrán en medio de ellos. Y esto es fuente de una extremada alegría para todos.

 

¿Qué representa la visita para los católicos de su país?

Para la comunidad católica de Bangladesh, la visita del Papa es como una peregrinación al alma del pueblo; las personas mirarán este evento como una peregrinación de su santa y espiritual persona hacia ellos. La gente lo mirará, escuchará sus palabras, le estará cerca y tendrá la experiencia de su toque, apoyará sus pies en el mismo suelo durante la celebración eucarística.

La visita del Santo Padre es expresión de la prioridad que él da a los pueblos de las periferias, y aquí,  a la pequeña grey de cristianos. Para los cristianos, este viaje es un reconocimiento de su propia fe y del hecho de ser testigos del Evangelio, en un país donde la mayoría de las personas profesa otras religiones. Vivir en primera persona la visita del Papa será para ellos como una confirmación de la fe, un aliento y un estímulo para testimoniar su fe, a futuro.

 

¿Qué significa para la población entera?

Como jefe del Estado Vaticano, la visita del Papa Francisco también será una visita de Estado. Es necesario recordar con reconocimiento que los dos países han establecido relaciones diplomáticas apenas un año después de la declaración de la independencia de Bangladesh, en 1971. Desde ese momento, entre el Vaticano y Bangladesh existen relaciones especiales y excepcionales que se apoyan fundamentalmente en valores humanos y espirituales en común.

El viaje será la expresión de la prioridad que el Papa otorga, y del amor que alimenta en su corazón. La visita será una ocasión para celebrar la armonía religiosa y cultural; la herencia de los valores humanos y morales; el amor por la humanidad que se abre a todos, sin límites ni confines; los valores evangélicos y humanos que los pobres de la sociedad poseen. Esperamos que las voces de quienes no tiene voz puedan encontrar un espacio en las comunidades internacionales, gracias al Santo Padre.

 

¿Cuál es el valor de la visita del Papa para los musulmanes, para el diálogo inter-religioso y las relaciones entre las dos comunidades?

Ante todo, debemos interpretar la visita del Papa a la luz del legado cultural, religioso y espiritual de Bangladesh y de su pueblo. En nuestro país, cada líder espiritual es respetado y honrado por personas de todos los credos: musulmanes, hindúes, budistas y cristianos. Partiendo del presupuesto de que el Papa Francisco es aceptado como líder espiritual del mundo, él será recibido por personas de todos los credos, incluidos los musulmanes. La gente quiere verlo, escucharlo, si es posible incluso tocarlo y estarle cerca. Para todos, será una bendición.

En segundo lugar, la mayor parte de los papas, y el Papa Francisco no se queda atrás, son reconocidos como una voz de la conciencia para el mundo. Por ende, toda la población de Bangladesh, sin distinción de religión, querrá escucharlo.

En tercer lugar, el Papa Francisco es amado por la gente porque muchas veces ha mostrado su amor y compasión por las víctimas de catástrofes humanas y de aquellas causadas por el hombre. Él ha hablado en nombre de la justicia y de la humanidad, algo que los pueblos educados aún recuerdan de un modo vívido.

La visita papal será una celebración del diálogo inter-religioso y de las relaciones que nosotros ya tenemos en Bangladesh como algo innato a los valores culturales, religiosos y espirituales, además [de ser una celebración] del legado entre las personas de todas las religiones. Esta celebración de la relación entre los credos no será sino una confirmación de aquello que somos, y del mensaje que comunicaremos al resto del mundo.

 

Eminencia, ¿cree que el Papa se reunirá o intervendrá sobre la cuestión de los refugiados musulmanes Rohinyás, tema sobre el cual Usted ya se ha expresado?

El tema de la visita del Papa de este año es “Armonía y Paz”. Por ende, creo que para el Santo Padre será natural hablar a favor de la armonía y de la paz en las diversas zonas del país. No sé si él intervendrá de manera explícita o no sobre la incandescente cuestión de los refugiados del Myanmar. Él ya hablado de ello en el pasado. Mi opinión personal es que si él tuviese que intervenir al respecto, apreciará el rol desplegado por Bangladesh, dado que el gobierno ha acogido plenamente y se ha alineado del lado de la humanidad que sufre, al igual que ha hecho la Iglesia local, y está respondiendo a las necesidades humanitarias de los refugiados. En lo que concierne a un eventual encuentro con refugiados del Myanmar, aún no se ha decidido nada.  

 

Como conclusión, ¿qué espera Usted de este viaje apostólico?

Esperamos que la visita del Papa conduzca a un despertar espiritual. Producirá un impacto positivo en el país. Desde el punto de vista de la preparación espiritual, se están haciendo plegarias especiales; se están desarrollando retiros espirituales, tanto a nivel individual como en las familias y comunidades eclesiásticas. Estoy seguro de que todo esto conducirá a un fortalecimiento interno y a una renovación de la Iglesia católica en Bangladesh. El tema de la visita, “Armonía y Paz” ya ha sido adoptado por la Iglesia para tornar más efectivo el espíritu de ésta.

Creemos que la población de nuestro país se verá impulsada a trabajar con mayor celo por la armonía y la paz. La misión de amor y servicio, verdadera identidad de la Iglesia, pasará a difundirse incluso más, gracias a esta histórica visita. La coexistencia armoniosa de las personas de credo diferente, la riqueza de nuestras culturas y la hospitalidad de los habitantes hallarán un modo de expresarse y de manifestarse durante el inminente viaje. Nuestra fe y la caridad cristiana se verán reforzadas y se renovará nuestro compromiso en el servicio al país y a su población.

En síntesis, nuestras expectativas para este evento son: confirmación y reconocimiento de las cosas buenas que tenemos; aprecio por aquello que somos; invitación a dedicar atención a los pobres y jóvenes, que son nuestros sueños y nuestras esperanzas; aliento a trabajar por un desarrollo humano integral, a afrontar los desafíos del cambio climático, a profundizar la armonía para crear la paz en la sociedad. (ACF)