La diplomacia europea expresa “gran preocupación”, incluso por las minorías Kachin y Shan. Se confirmó el apoyo de 28 Estados miembros de la Unión al embargo de armas y equipamiento. Bruselas reconoce la escasa influencia que Aung San Suu Kyi ejerce sobre el poderoso Tatmadaw.
Bruselas (AsiaNews/Agencias) – La Unión Europea (UE) propone reducir todo contacto con la cúpula militar birmana, en respuesta a la contraofensiva emprendida en Rakhine, que ha constreñido a la fuga a más de 500.000 musulmanes Rohinyás. Es lo que refiere la agencia Reuters, al citar el borrador de un documento que los ministros de Relaciones Exteriores europeos debieran dar a conocer el 16 de octubre próximo, al término de las reuniones en las que se está tratando la cuestión de la crisis en Myanmar.
Los EEUU y la UE están analizando la aplicación de sanciones contra los líderes militares birmanos, si bien consideran que el alcance de sus medidas puede llegar a ser limitado, debido a la falta de influencia y puntos de apoyo directos en el territorio en cuestión. Según Reuters, el proyecto de declaración conjunta confirma el apoyo de 28 Estados miembros de la Unión al embargo, que ya ha sido dispuesto por Bruselas, y que rige sobre armas y equipamiento militar “que podrían ser utilizados para la represión interna”.
El documento reitera la invitación al gobierno birmano, a que proceda a la repatriación de los refugiados que huyeron al país limítrofe, Bangladesh, y expresa aprecio por el rol desempeñado por Dacca a la hora de afrontar la crisis humanitaria. La situación en Rakhine es definida como “extremadamente seria” y, por primera vez desde que se inició el último conflicto, la diplomacia europea expresa “gran preocupación”, incluso por la situación de las minorías étnicas Kachin y Shan, que constituyen una fuerte presencia cristiana.
Analistas afirman que con semejante declaración, Bruselas reconoce la escasa influencia que la líder democrática birmana San Suu Kyi puede ejercer sobre el poderoso ejército birmano. La jugada de aplicar penas a la cúpula militar sería en todo caso simbólica, puesto que Occidente no tiene intenciones de dañar la economía del país o desestabilizar las ya de por sí tensas relaciones entre la Señora y los generales.