Vaticano a los hindúes:que la diversidad, que es signo de riqueza, no conduzca a la intolerancia

En el mensaje para la fiesta de Diwali, el Pontificio Consejo para el Diálogo inter-religioso afirma que “para una paz duradera y una auténtica armonía, no basta con la tolerancia. Se precisa un verdadero respeto y atención a la diversidad de culturas y costumbres de nuestras comunidades, que contribuyen a su vez a la salud y a la unidad de la sociedad en su conjunto. Considerar que el pluralismo y la diversidad constituyen una amenaza a la unidad conduce trágicamente a la intolerancia y a la violencia”.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Se titula “Cristianos e hindúes: más allá de la tolerancia” el mensaje que el Pontificio consejo para el diálogo inter-religioso ha enviado a los hindúes en ocasión de la fiesta de Diwali, conocida como Deepavali, es decir “fila de lámparas de aceite”. Simbólicamente fundada en una antigua mitología, la misma representa la victoria de la verdad sobre la mentira, de la luz sobre las tinieblas, de la vida sobre la muerte, del bien sobre el mal. La celebración en sí tiene tres días de duración, marcando el inicio de un nuevo año, la reconciliación familiar, especialmente entre hermanos y hermanas, y la adoración a Dios. Este año, la fiesta será celebrada por muchos hindúes el día 19 de octubre.

En el documento, que lleva la firma del presidente Card. Jean-Louis Tauran y del secretario Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J.,  se aborda el tema de la intolerancia, con la afirmación de que “considerar que el pluralismo y la diversidad constituyen una amenaza a la unidad conduce trágicamente a la intolerancia y a la violencia”.

“Nos damos cuenta de que en el mundo suceden cosas maravillosas –se lee en el mensaje- y en vista de las cuales estamos agradecidos. Al mismo tiempo somos conscientes de las dificultades que nuestras comunidades encuentran, y que generan una profunda preocupación en nosotros. El importante incremento de la intolerancia, que es causa de violencia en tantas partes del mundo, es uno de los desafíos que hoy debemos afrontar. En esta circunstancia, por ende, queremos reflexionar acerca de cómo los cristianos e hinduistas pueden hacer que crezca el respeto recíproco entre las personas –yendo más allá de la tolerancia-, para preparar una era más pacífica y armoniosa para cada sociedad”.

“La tolerancia, ciertamente, conlleva la apertura y una paciencia para con los demás, reconociendo su presencia en medio de nosotros. Sin embargo, si debemos abocarnos a una paz duradera y a una auténtica armonía, no basta con la tolerancia. Se requieren un verdadero respeto y atención por la diversidad de culturas y costumbres de nuestras comunidades, que contribuyen a su vez a la salud y a la unidad de la sociedad en su conjunto. Considerar que el pluralismo y la diversidad constituyen una amenaza a la unidad conduce, trágicamente, a la intolerancia y a la violencia. El respeto por los demás es un antídoto importante contra la ‘intolerancia’, porque manifiesta un auténtico aprecio por la persona y su “dignidad” innata.  A la luz de nuestra responsabilidad hacia la sociedad, para hacer crecer este respeto, se debe mostrar una estima por las diversas costumbres y prácticas sociales, culturales y religiosas, además de un reconocimiento de los derechos inalienables como el derecho a la vida o el de profesar y practicar la religión que uno elija”.

“Por lo tanto, el camino que deben recorren las diversas comunidades está signado por el respeto.  Mientras que la tolerancia simplemente protege al otro, el respeto va más allá: favorece la coexistencia pacífica y la armonía para todos. El respeto crea un espacio para cada persona y alimenta en nosotros la sensación de estar a gusto con los demás. En lugar de dividir y aislar, el respeto nos permite ver nuestras diferencia como un signo de la diversidad y riqueza de la única familia humana”. “Por ende, debemos acoger el desafío de ir más allá de los límites de la “tolerancia” y mostrar respeto por los individuos y por las comunidades, porque cada cual merece y desea ser valorado según su dignidad innata. Ello exige la construcción de una verdadera cultura del respeto, capaz de promover la resolución de conflictos, la construcción de la paz y la vida armoniosa”.

“Arraigados en nuestras tradiciones espirituales, y unidos en la preocupación que compartimos por la unidad y el bienestar de todos, podemos, cristianos e hinduistas, junto a los demás creyentes y personas de buena voluntad, alentar, en nuestras familias y comunidades, y por medio de las enseñanzas religiosas y los medios de comunicación, el respeto por cada persona, especialmente por aquellos de culturas y creencias distintas a las nuestras, que viven en medio de nosotros. Es de esa manera que iremos más allá de la tolerancia, para construir una sociedad armoniosa y pacífica, en la cual todos sean respetados e impulsados a cooperar para la unidad de la familia humana, con su contribución, que es única”.