Usado un término denigratorio contra los ciudadanos de origen chino. Los indonesios denuncian el intento de instigar una nueva ola de “diferenciaciones sociales”. Anies Baswedan está apoyado por los islamistas del Prosperous Justice Party (Pks) e por los nacionalistas del Gerindra. Decisivas para su victoria las temáticas sectarias y religiosas usadas contra el rival.
Yakarta (AsiaNews)- No se aplacan en el país las polémicas por la actitud “discriminatorio” demostrado por Anies Baswedam, nuevo gobernador de Yakarta, durante su primer discurso público desde su asentamiento. Ayer por la tarde, al mergen de la ceremonia de juramento, el político declaró que “son los Pribumi (los nativos indonesios, Ndr) que quieren gobernar la capital indonesia”. Desencadenando una ola de críticas. Durante la intervención, Anies Baswedan se refirió al “colonialismo moderno” del cual sufre Yakarta y exaltó la lucha de los indígenas por la libertad y la independencia. “Llegó el momento para nosotros, los Pribumi, ser dueños de nuestra tierra”, afirmó.
Anies y su vice, Sandiaga Uno (foto) son apoyados por los islamistas del Prosperous Justice Party (Pks) y por los nacionalistas del Gerindra, decisivos para la victoria del pasado abril en aquellas que los analistas definen como “las elecciones más calientes jamás vistas en la capital”. En la campaña electoral por la gobernación, resultaron decisivas las temáticas sectarias y religiosas usadas por la coalición de Anies contra el rival, el ex gobernador cristiano de etnia china Basuki “Ahok” Tjahaja Purnama, favorito en la vigilia de las consultaciones.
Usado por los colonos holandeses para indicar a todas las poblaciones indígenas de los archipiélagos indonesios, el término “Pribumi” asumió una acepción discriminatoria durante el régimen del presidente Suharto (1967-1998). Este servía para distinguir a los nativos de los “no Pribumi”, o sea los indonesios de etnia china, objeto de dura represión de las autoridades de la época. Los indonesios han percibido en las palabras de Anies el intento de instigar una nueva ola de “diferenciaciones sociales”, con una clara referencia a su predecesor. La indignación de los ciudadanos encontró un lugar de difusión en las redes sociales, donde los usuarios han tomado la defensa de “Ahok”, símbolo de la buena política que cambió el rostro de la ciudad. Muchos ha hecho también notar que el mismo Anies no puede definirse un Pribumi, en cuanto es de origen árabe.
En los últimos meses, fuertes tensiones han encendido la política y la sociedad indonesia. Las posiciones islamistas de partidos y movimientos políticos como aquellos que apoyan el nuevo gobernador de Yakarta culminaron con la condena por blasfemia a dos años de cárcel para “Ahok”, al final de un proceso condicionado por las maniobras de los extremistas. No obstante esto, la controvertida condena despertó las conciencias de la sociedad civil de Indonesia, que dio inicio a un “nuevo nacionalismo indonesio” que se contrapone a las derivaciones islamistas promoviendo la unidad nacional y el pluralismo.
Las críticas de los ciudadanos indonesios y sobre todo de los ciudadanos de Yakarta, se refieren también al proyecto político propuesto por Anies, para el cual parece difícil encontrar una adecuada cobertura financiera. En los días precedentes a su asentamiento, el nuevo gobernador prometió “cambios radicales” para la ciudad. Algunos de los objetivos, anunciados en la campaña electoral, son: resolver la emergencia habitacional concediendo habitaciones gratuitas para quien quisiese adquirir una casa de propiedad, a partir de 2018; aliviar a los jóvenes empresarios con fondos puestos a disposición de la administración; la clausura del Alexis Hotel, estructura acusada de promover entretenimientos para adultos; la abolición de los desalojo para los ciudadanos que han construido habitaciones abusivas a los largo del río, fenómeno contrastado por Ahok; la construcción de un lujo estadio de fútbol, similar al Old Trafford de Manchester de Inglaterra; la interrupción de los proyectos del desarrollo costero en North Yakarta, del cual habrían definido a los ciudadanos de origen chino.
Muchos analistas consideran poco realistas tales objetivos, mientras que sus detractores los definen “meros ejercicios de marketing para aumentar la propia popularidad”.