Bangkok, las reformas del budismo tailandés para contrastar los escándalos

La imagen de la religión quedó golpeada por los escándalos sexuales y económicos. Controles más estrictos sobre las finanzas de miles de templos. Los monjes ancianos emiten órdenes para imponer una disciplina más dura. Se prohíben las donaciones y la venta de objetos sacros en los lugares de culto. Se condena “el uso inapropiado de los medios sociales”. Hay 35 monasterios y 29 individuos que están siendo indagados. Relaciones tensas entre religiosos y Estado. 


Bangkok (AsiaNews/Agencias) – Bajo la creciente presión del gobierno y de la cúpula de religiosos, en las últimas semanas los monjes budistas del país han lanzado un nuevo ciclo de reformas para limpiar los templos y corregir una comunidad que ha quedado afectada por los escándalos.

La imagen de la religión dominante en Tailandia, profesada por más del 90% de la población, ha sufrido a raíz de los muchos escándalos sexuales en los que han quedado involucrados monjes. Otras fuentes de incomodidad para los fieles tailandeses son las acusaciones de reciclaje de dinero por parte de Phra Dhammachayo, ex abad del Wat Phra Dhammakaya, el mayor templo del país, con una extensión que equivale a 10 veces la superficie de la ciudad del Vaticano.

Los escándalos han provocado reclamos para que se lleven a cabo controles más estrechos sobre las finanzas de miles de templos esparcidos en toda la nación, que además constituyen las atracciones turísticas más famosas. A partir del mes de septiembre, los monjes ancianos han emitido órdenes orientadas a imponer una disciplina más dura para los más de 300.000 monjes tailandeses y aproximadamente 40.000 templos del territorio. Las prescripciones son aprobadas por el Consejo Supremo de la Sangha, el cuerpo que gobierna los monjes budistas en Tailandia,  que desarrolla un rol similar al Colegio de Cardenales de la Iglesia católica.  

Reuters reporta que las disposiciones escritas imponen a los monjes que procedan a interrumpir las donaciones en dinero y a impedir la venta de objetos sacros dentro de los edificios de culto. Las instrucciones se orientan a tornar más transparentes las finanzas de los santuarios y a contrastar las críticas que giran en torno al hecho de mercantilizar la religión.  Otras órdenes instruyen a los monjes ancianos para que procedan a controlar rigurosamente “el uso inapropiado de los medios sociales” por parte de los monjes, para evitar “críticas del público”. Por otro lado, una orden emitida por un grupo de templos de la región nororiental de Tailandia ha intimidado a los monjes a estar vigilantes sobre sus co-hermanos y a señalar cualquier comportamiento contrario a las enseñanzas del Buda.  

Semejantes medidas llegan en un momento muy delicado para la sociedad tailandesa, que la semana próxima participará en la cremación del difunto rey  Bhumibol Adulyadej, a la cual seguirá la coronación formal del su heredero al trono, el rey Maha Vajiralongkorn, que quizás se concrete hacia fin de año.

Ante los numerosos escándalos que han involucrado a monjes tailandeses, el gobierno ha ejercido presiones sobre la cúpula monástica a fin de implementar cambios radicales. La junta militar busca reformar el budismo nacional desde su ascenso al poder, luego del golpe de Estado llevado a cabo en el 2014. El mes pasado, ésta nombró en el cargo de responsable de la Oficina nacional del Budismo a Pongporn Pramsaneh, un ex alto funcionario de la policía que apenas asumió funciones solicitó a las autoridades de gobierno que se proceda a indagar a los templos sospechados de gestionar indebidamente fondos estatales.

La policía afirma que ha centrado la atención en 35 templos y 29 individuos, entre los cuales figuran cinco abades y un ex líder budista, acusados de apropiación indebida de fondos gubernamentales. Los cinco abades han sido incriminados por diversos delitos, entre ellos, por “abuso de autoridad estatal”, y “colusión”. El año pasado, las autoridades destinaron 5,32 millardos de bahts (135 millones de euros) para sostener el budismo, de los cuales 4,77 (122 millones de euros) fueron destinados a templos y monjes. Algunos analistas sostienen que la última campaña de reformas no es sino el fruto de las tensas relaciones de poder entre los monjes y el Estado, en vista de la transición real.  

Un observador de Tailandia declara a AsiaNews: “El gobierno tiene mucha influencia sobre los monjes, en parte debido a las ricas subvenciones que les giran. Sin embargo, los religiosos tratan de defender su propia autonomía, a pesar de que los últimos escándalos justifican, a los ojos de los ciudadanos, el pedido de transparencia por parte de las autoridades. Con el correr del tiempo, algunos monasterios de han convertido en centros de poder, alimentados por el prestigio de los abades y por las donaciones de familias ricas. Según la doctrina budista, los religiosos no están obligados a mantenerse en la vida monástica para siempre, razón por la cual algunos ‘se preparan’ para la renuncia de sus votos, acumulando sumas de dinero. Sin embargo, en varios casos los escándalos pueden ser reconducidos a simples errores o imprecisiones contables, relativas a los fondos utilizados, por ejemplo, para la manutención del templo”