En Doha, una conferencia busca afrontar la persecuciĆ³n contra los cristianos. Exaltar los valores compartidos

El encuentro se llevó a cabo en el Doha Institute for Higher Studies. No hay una “varita mágica” para resolver los problemas de intolerancia. Se requiere gozar plenamente de la ciudadanía y del estado de derecho. 


Doha (AsiaNews/Agencias) – Ayer, en Qatar, se realizó una conferencia en la cual se trató el tema de la violencia que fuerza a los cristianos a huir del Oriente Medio. Quien reportó la noticia fue la emisora televisiva Al Jazeera. Uno de los temas tocados durante los dos días de debate fueron los continuos episodios de violencia en Egipto y el éxodo cristiano que se ha producido en Irak.   

El evento se llevó a cabo en el Doha Institute for Higher Studies, y contó con la participación de profesores universitarios, expertos en Ciencias Políticas, investigadores y escritores. El objetivo de la conferencia es abordar la cuestión de las persecuciones religiosas, un tema de interés para todos, incluida la mayoría islámica.  

Los participantes estuvieron de acuerdo en que no existe una “varita mágica” para resolver el problema de la intolerancia en la región. Sostienen que la democracia y el estado de derecho podrían ser utilizados para redefinir el rol de la religión. Durante la conferencia, con frecuencia se hizo referencia a la época “de oro” del imperio otomano a principios del siglo XX, cuando una aproximación más igualitaria del Estado condujo al nacimiento de un movimiento pan-árabe y al surgimiento de líderes nacionalistas cristianos.

“Simplemente, no se puede separar a los cristianos del resto de la región árabe”, comenta Azmi Bishara. El problema concerniente a las minorías es algo que también afecta a la mayoría islámica, me refiero a la falta de derechos civiles. Para Bishara, la única solución real consiste en la “ciudadanía igualitaria y la democracia”.  

En la conferencia se llegó a la conclusión de que el mundo árabe necesita lograr una paz social y un desarrollo económico, y que es necesario un nuevo pacto que no circunscriba las diferencias religiosas, sino que exalte los valores compartidos.