El príncipe heredero anuncia querer volver a un islam más tolerante y más abierto al mundo

Mohammed bin Salman expresa la voluntad de garantizar una vida normal, en la cual la religión significa tolerancia y gentileza. El proyecto de Neom, una ciudad con energías alternativas y fuera del control de los ultra-conservadores religiosos. Para algunos hay signos de cambios profundos; para otros es sólo apetito económico.


Riad (AsiaNews/Agencias)- “Queremos vivir una vida normal. Una vida en la cual nuestra religión se traduce en tolerancia”. El potente príncipe saudita Mohammed bin Salman se compromete en transformar a su país en “moderado y abierto”. Él fue ayer directo al objetivo que se propone en la apertura del Future Investment Initiative, una conferencia económica di tres días que ha reunido en Riada a unos casi 2.500 dignatarios, entre los cuales 2 mil inversores extranjeros. Salman afirmó el deseo de querer un país “nuevo”, rompiendo con los ultra-conservadores, al menos del punto de vista religioso. A tal propósito, quiere crear una ciudad de 500 millardos de dólares, poniéndole el nombre de Neom, con un reglamento separado, a los largo del Mar Rojo.

En los años setenta, Arabia saudita sufrió grandes reformas, no obstante la resistencia de círculos religiosos conservadores, como la apertura de la instrucción a las mujeres y la introducción de la televisión. Pero el asesinato del rey Faisal en 1975 atrasó tal movimiento en un país constituido sobre una alianza entre el ala religiosa, representada por la familia al-Sheikh, que regula el espacio social y el poder político representado por la familia al-Saud, que fundó el actual reino en 1932.

Desde su nombramiento en junio como príncipe, Mohammed bin Salman trató de aliviar las cadenas de los ambientes religioso de la ciudad. Es visto como la inspiración de la abolición de la prohibición de conducir para las mujeres. Pero al m ismo tiempo arrestó a más de 20 personas, entre las cuales dos predicadores religiosos influyentes, evidenciando de tal modo su “autoritarismo”, según expertos y Ong.

Gracias a bin-Salman, Arabia Saudita comienza a abrirse a las artes, a la música y  las mujeres fueron admitidas, por primera vez en participar en las celebraciones de la Jornada Nacional en un estadio de Riad en el mes de setiembre. Los sauditas ahora esperan el cine y diversiones, prohibidas por los círculos conservadores.

Los observadores se preguntan cuánto sea la apertura y tolerancia del príncipe sean verdaderas o sólo sean dictámenes económicos.

Desde hace v3 años el reino está obligado a atraer capitales extranjeros, después que los precios globales del crudo disminuyeron en un 50%.

El nuevo proyecto Neom, ve a una ciudad totalmente dedicada a la energía alternativa y servirá como un cubo de renovación. La industria del cine será el emblema de la nueva sociedad. Esto funcionará según los reglamentos separados de aquellos que gobiernan Arabia Saudita. “Este lugar no es para las personas convencionales o las empresas convencionales”, declaró el príncipe. “Esto será un lugar para los soñadores del mundo”.

Los comentarios sobre la movida de Mohammed bin Salman son varios. Hay quien dice que de tal modo él “envía un mensaje no sólo a los sauditas sino también al mundo: el reino está preparado para el cambio”. Pero hay también que notar que estos desarrollos confirman la imagen del príncipe como hombre fuerte de Arabia saudiota. Nombrado como jefe de Defensa del reino en enero de 2015, él conduce las operaciones contra las milicias Houthi en Yemen (apoyadas por Irán) y colocan a su país como jefe de una coalición de 34 países árabes. Al mismo tiempo, el príncipe comprometió a Arabia Saudita en Siria, junto a la Coalición internacional guiada por los EEUU, contra el grupo de los Estados islámicos. Ahora él quiere cesar las operaciones en Siria para concentrarse en el conflicto en Yemen..