Trump en Corea: Séul emprende una carrera armamentista para hacer frente a las provocaciones de Pyongyang

Se abolió el límite para la adquisición de misiles. Luz verde para los submarinos de propulsión nuclear y otras armas de avanzada. Moon ratifica su compromiso por la diplomacia: “Nunca más debe haber otra guerra en la península coreana”. Seúl se divide entre las manifestaciones a favor y en contra de Trump.


  

Seúl (AsiaNews/Yonhap) – En Corea del Sur se abolió el límite para la adquisición de misiles y se dio luz verde para la introducción de submarinos de propulsión nuclear y de otras armas de avanzada: Seúl se está armando para desalentar las provocaciones de su país vecino, Corea del Norte. Es lo que han decidido, en el día de hoy, los presidentes americano, Donald Trump, y surcoreano, Moon Jae-in, tras el encuentro mantenido en la oficina presidencial Cheong Wa Dae, en Seúl. Una visita que ha dividido la capital entre manifestaciones en contra y a favor del presidente de los EEUU.

Reafirmando el buen vínculo que rige con Corea del Sur y su intención de ocuparse de su defensa,  Trump declaró que no es su voluntad el uso de la fuerza contra Pyongyang, pero que lo hará, en caso de ser necesario. Por su parte, Moon reiteró que el objetivo de las nuevas armas es disuadir a Corea del Norte de sus provocaciones, pero que “nunca más debe haber otra guerra en la península coreana”.  

En este sentido ya se había expresado Kang Kyung-wha, el ministro de Relaciones Exteriores surcoreano, quien había reafirmado que las armas debían representar un mero elemento disuasivo, pero que “una resolución al problema nuclear de Corea del Norte debe ser llevada adelante de manera diplomática y pacífica”.   

Durante la reunión cumbre, los dos presidentes también trataron la cuestión de la futura revisión del Acuerdo de libre comercio (FTA), el cual, según Trump, pone a los Estados Unidos en una situación de desventaja. Precisamente, la adquisición de armas estadounidenses por parte de Seúl  reducirá el déficit que ha motivado las quejas del mandatario, un elemento “muy importante para nuestro pueblo [americano]”.

En tanto, en la capital, Trump fue recibido con aplausos y críticas. Cientos de manifestantes organizaron marchas para protestar contra la visita del presidente de los EEUU. Un grupo de éstos, reunidos en la plaza Gwanghwamun, acusa a Trump y su retórica agresiva de ser la causa de la inestabilidad regional que aflige a la península coreana.

Ciertas personalidades religiosas han realizado peregrinaciones de protesta contra la utilización del sistema anti-misiles THAAD. La misma Iglesia católica surcoreana ha denunciado en reiteradas oportunidades la carrera armamentista provocada por las crecientes tensiones.

Otros grupos, que incluyen a los representes de iglesias protestantes, han aplaudido la visita de Trump y la alianza entre los dos países.