Por primera vez desde 1970, en el sur de Irak surgirá un instituto educativo cristiano. La apertura está prevista para el próximo año escolar. Allí trabajarán educadores cristianos, musulmanes y mandeos. Mons. Habib: el anuncio de Dios a través de “la educación de las nuevas generaciones”. Abrir las puertas de la esperanza, crear ocupación para los adultos y mejorar las relaciones con los musulmanes.
Basora (AsiaNews) - La misión de la Iglesia es “anunciar el reino de Dios” reforzando los valores humanos y la moral “a través de la educación de las nuevas generaciones”, de un modo especial “en un área como la nuestra, donde hay un elevado porcentaje de pobreza y analfabetismo”. Es lo que cuenta a AsiaNews Mons. Alnaufali Habib Jajou, arzobispo caldeo de Basora, situada en el sur de Irak, lugar donde, en los últimos días, el Ministerio de Educación ha concedido el visto bueno para la construcción de una escuela primaria cristiana. Un evento excepcional, siendo que se trata del primer instituto educativo cristiano de la provincia que obtiene esta aprobación desde los años ’70. Los trámites preliminares para el otorgamiento de los permisos llevaron un año y medio y la apertura está prevista para septiembre de 2018.
La escuela se levantará en el complejo de la parroquia de Nuestra Señora de la Anunciación, en Tuwaisah; allí trabajarán seis docentes con dedicación full time, y se adoptará la currícula prevista por el ministerio de Educación iraquí. Se programa la posibilidad de aprender un tercer idioma además del árabe y del inglés, que podría incluir el caldeo. Como ha sido resaltado por Mons. Habib, la misma ha sido realizada “gracias al sostén de la Fraternidad en Irak (París)”, en tanto los docentes “provienen de tres grupos distintos: cristianos (de varias denominaciones), musulmanes y mandeos”.
“Nuestro instituto –prosigue el prelado- estará abierto a todos los grupos, si bien habrá una mayoría de musulmanes. Creemos en la cultura de la diversidad. Aquí los cristianos se remontan al siglo dos, [y han estado] incluso antes que los mandeos, pero en las últimas décadas han abandonado masivamente el sur y han optado por emigrar por muchos motivos. Por eso hemos decidido dedicar todos los esfuerzos posibles para ayudar a la comunidad [cristiana local]”.
A causa de la situación “crítica” que se ha ido creando a partir del día siguiente a la invasión estadounidense, en 2003, uno de los tantos desafíos lo constituyen “las violaciones a la dignidad de los niños”, cuenta el obispo. A partir del siglo XVIII, los cristianos de Basora han abierto nueve escuelas que abarcan institutos primarios y secundarios, pero desde 1974 éstos fueron nacionalizados. “Hoy –prosigue- hemos decidido abrir las puertas de la esperanza, crear ocupación para los adultos y mejorar los vínculos con las familias musulmanas”.
A la escuela primaria que se está gestando se suman otras seis estructuras ya presentes, que son gestionadas por las monjas dominicas: se trata de tres jardines de infantes y tres jardines maternales.
En otra época, los cristianos de Basora eran un componente significativo de la ciudad, y muchos de ellos se dedicaban al comercio. Sin embargo, en los últimos años, la comunidad se vio disminuida de manera drástica, tanto aquí como en el resto del país, si bien en el sur de Irak no se han sufrido las mismas persecuciones que se han padecido en Mosul, en Bagdad, en Kirkuk y en la Llanura de Nínive. Pero en Basora sí se ha registrado la primera víctima de la norma que sanciona la venta, importación y producción de bebidas alcohólicas, que fue aprobada por el Parlamento hace poco más de un año. A fines de octubre de 2016, un grupo de hombres armados asesinó al comerciante siro-católico Nazar Elias Jaji Al Kas Putrus, propietario de un negocio de bebidas alcohólicas. “Desde 2003 –recuerda el prelado- al menos 50 fieles de nuestra diócesis fueron muertos por extremistas islámicos, por trabajar para las Fuerzas de la coalición (americanos, británicos y otros ejércitos) o por vender bebidas alcohólicas”. Mons. Habib es el único obispo en tan vastísimo territorio, por eso, “alentar a mi gente y afrontar los desafíos es una de las prioridades, además de ser una suerte de embajador cristiano para los musulmanes”.
Según estimaciones recientes, actualmente sólo ha quedado poco más del 10% de la población originaria, unos pocos cientos frente a las 3.000 familias cristianas que solían habitar la zona en otro tiempo. En septiembre de 2015, la comunidad local ha celebrado la inauguración del primer museo cristiano del sur de Irak; en su interior se conservan más de 200 piezas de carácter religioso, documentos, elementos litúrgicos, fotografías, vestimenta y mobiliario, y algunas de sus piezas se remontan al siglo XVII. “Lo hemos abierto para proteger y velar por el patrimonio histórico –subraya el prelado- que ha sido utilizado en los últimos tres siglos en las iglesias de Basora”. Nuestras prioridades, concluye, “son el cuidado pastoral, la educación, el sostén de los pobres y ayudar a las nuevas generaciones a encontrar un empleo”.(DS)