Papa: Es bueno pensar todos los días en el momento en que 'el Señor me llamará'

Para algunos esta llamada será repentina, para otros después de una larga enfermedad, no lo sabemos. Pero "¡la llamada estará allí!" Y será una sorpresa, pero luego estará la otra sorpresa del Señor: la vida eterna. Por esta razón, "la Iglesia en estos días nos dice: deténganse un poco, deténganse a pensar en la muerte".


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Es bueno pensar todos los días en este momento, impredecible, en el que "el Señor me llamará". Y será una sorpresa, pero luego estará la otra sorpresa del Señor: la vida eterna. Lo dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa que celebró esta mañana en Casa Santa Marta, al comentar el pasaje del Evangelio (Lc 17.26 a 37) que cuenta la vida normal de los hombres y mujeres antes del diluvio universal y la vida de Lot: Comiendo, bebiendo, comprando, vendiendo, tomando esposa y esposo... pero luego vino, como un rayo, el día de la manifestación del Hijo del Hombre.

La Iglesia, que es madre, dijo el Papa, quiere que cada uno de nosotros piense en su propia muerte. Todos estamos acostumbrados a la normalidad de la vida, pero un día habrá un llamado de Jesús que dirá: "¡Ven!" Para algunos esta llamada será repentina, para otros después de una larga enfermedad, no lo sabemos. ¡Pero "la llamada estará allí!" Y será una sorpresa, pero luego estará la otra sorpresa del Señor: la vida eterna. Por esta razón, "la Iglesia en estos días nos dice: deténganse un poco, deténganse a pensar en la muerte". Francisco describió lo que suele suceder: incluso participando en funerales o yendo al cementerio, convirtiéndose en un hecho social, yendo, hablando con otras personas, en algunos casos también comiendo y bebiendo: es "una reunión en más, pero no un pensar".

"Y hoy la Iglesia, hoy el Señor, con esa bondad que tiene, nos dice a cada uno de nosotros: 'Detente, detente, no todos los días serán así. No te acostumbres como si esto fuese la eternidad. Habrá un día en que te llevarán, lo otro permanecerá, serás llevado, serás llevado. Es ir con el Señor, pensar que nuestra vida terminará. Y eso es bueno". Esto está bien, explicó el Papa, por ejemplo, frente a un nuevo día de trabajo, por ejemplo, podemos pensar: "Hoy tal vez sea el último día, no sé, pero haré bien el trabajo". Y así en las relaciones familiares o cuando vamos al médico.

"Pensar en la muerte no es una mala fantasía, es una realidad. Si es feo o no feo, depende de mí, como yo lo pienso, pero que así será, así será. Y habrá un encuentro con el Señor, esta será la belleza de la muerte, será el encuentro con el Señor, Bendrá Él a mi encuentro, será Él quien diga: 'Ven, Ven, bendito de mi Padre, ven conmigo' ". Y a la llamada del Señor no habrá tiempo para arreglar nuestras cosas. "El otro día", contó Francisco, "encontré un sacerdote de 65 años o menos, y él tenía algo mal, no se sentía bien... Fue al médico y dijo: 'Pero mira, después de la visita, él tiene esto, esto es una mala cosa, pero tal vez estamos a tiempo para detenerlo, vamos a hacer esto, si no se detiene vamos a hacer esto otro y si no se detiene vamos a empezar a caminar y yo lo llevare hasta el final'. Bravo por aquel médico".

Así también nosotros, concluyó el Papa, acompañémonos de esta manera, hagamos todo, pero siempre mirando allá, al día en que "el Señor vendrá por mí para ir donde Él".