La Iglesia india condena el ataque a seminaristas y sacerdotes en Madhya Pradesh

En Satna, los católicos fueron mantenidos como rehenes por fundamentalistas hindúes. Mons.  Mascarenhas: “La acusación de conversión forzada contra ellos es algo vacío de sentido y ridículo”. “Es tiempo de ir más allá de las palabras y las promesas”. “Son terroristas hindúes que se disfrazan de policía religiosa”. 


Nueva Delhi (AsiaNews) – La Iglesia católica de la India condena la agresión sufrida por 30 seminaristas y dos sacerdotes en Madhya Pradesh, que fueron detenidos por fundamentalistas hindúes y mantenidos rehenes en la comisaría de Satna durante varias horas. En un comunicado difundido por Mons. Theodore Mascarenhas, secretario general de la Conferencia Episcopal india (CBCI), los obispos expresan “consternación, dolor y sufrimiento por la violencia injustificada perpetrada contra los católicos”, y denuncian que en los últimos meses, en el Estado indio “se han verificado otros episodios de acoso contra la Iglesia católica”.  

Mons. Mascarenhas lamenta que los sacerdotes y seminaristas del St. Ephrem’s Theological College hayan sido bloqueados por un grupo de extremistas hindúes cuando “se abocaban a un programa habitual de cantos de Navidad, que se lleva a cabo hace 30 años”. “Lo que resulta aún más chocante –continúa- es que también fueron puestos bajos custodia ocho sacerdotes que habían acudido a la comisaría para obtener noticias de los arrestados. Afuera de la comisaría, la situación se había vuelto se tal hostilidad que incluso aquellos que sólo querían visitar a los detenidos no obtuvieron el permiso para verlos”.

Según el secretario de la CBCI, “la acusación de conversión [forzada] dirigida a sacerdotes y seminaristas es algo vacío de sentido y ridículo. Es vergonzosa la violencia perpetrada por grupos que reclaman ser ‘nacionalistas’ y se ponen la capa de protectores del ‘nacionalismo’ y de la ‘religión’. Causa disgusto y horror la complicidad de la policía, que ha arrestado a los seminaristas y ha permanecido inerme mientras ellos y los sacerdotes eran agredidos. Semejante abuso de la fuerza policial e infracción del orden público no es tolerable en una democracia y en una sociedad civilizada”. “La Conferencias episcopal india condena el comportamiento de estos esbirros que además han incendiado un automóvil de los sacerdotes. Todos los indios de bien sentirán vergüenza por estos terroristas, que se disfrazan de ‘policía religiosa’. Estamos seguros de que ellos no hablan en nombre de nuestros hermanos hindúes, abiertos de mente y amantes de la paz”.  

Mons. Mascarenhas subraya la gravedad de lo sucedido, a pocos días de cuanto fue afirmado por el vicepresidente durante el intercambio de augurios de Navidad con los obispos, que había elogiado la contribución de los católicos para el desarrollo del nación. El secretario recuerda otros episodios de intolerancia que involucraron a las minorías religiosas, como los linchamientos de musulmanes castigados por el consumo y el comercio de carne de vaca. “Las acciones de los vigilantes de las vacas no rinden homenaje a nuestra democrática nación, que tiene una larga tradición de civilización y coexistencia armoniosa”.  

“Es tiempo de ir más allá de las palabras y las promesas. La violencia es peligrosa”, continúa el comunicado. “Hacemos un llamado a toda la dirigencia democrática, tanto a aquella del gobierno central como a la de los Estados, para que restablezca el orden público y actúe severamente contra los criminales que denigran el trabajo de líderes que quieren llevar la paz y el desarrollo a nuestra gente. Estos elementos, que hasta ahora habían quedado marginados, no pueden ganar el centro de la escena. La comunidad cristiana es reconocida por los líderes políticos y sociales en todos los niveles, como ‘una comunidad que ama la paz’, y que trabaja con cada gobierno central y estatal comprometiéndose a construir la nación. Continuaremos haciéndolo. Pero ha llegado el momento, para nuestros líderes, de ir más allá de las promesas y asegurar que cada ciudadano indio puede vivir sin miedo, con respeto y dignidad”.