Papa: reconoce las ‘virtudes heroicas’ del cardenal Stefan Wyszyński

Hombre riguroso, humilde, pero inquebrantable, de grandísima espiritualidad fue protagonista de la historia de Polonia en los años del régimen comunista. Y fue él, parece ahora cierto, quien indicó al Card. Wojtyla como posible sucesor de Juan Pablo I.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Cumple un paso importante la causa de beatificación del Card. Stefan Wyszyński, del cual hoy el Papa Francisco quiso reconocieran las “virtudes heroicas”.

Hombre riguroso, humilde, pero inquebrantable, de grandísima espiritualidad, para Polonia es el “Primado del Milenio”, es el hombre que supo defender a la Iglesia de su país en el período de la persecución comunista y que hizo una realidad viva y potente, “el alma de la nación”. Y fue él, parece ya cierto, quien señaló al Card. Wojtyla como posible sucesor de Juan Pablo II.

Nació en Zuzela (en el este de Polonia) en 1901, en una familia pobre y numerosa, Wyszynski se ordenó como sacerdote a los 23 años, en 1924. Durante la ocupación nazi, por orden de su obispo y a causa de débil estado de salud, fue obligado a esconderse para no ser internado en un campo de concentración. En 1944, durante la insurrección de Varsovia contra los alemanes, el p. Wyszynski fue capellán militar.

En 1945, al finalizar la guerra, Polonia tuvo 6 millones de víctimas-un quinto de la población-fue consignada a la “influencia” soviética. El gobierno de estampo estalinista se proponía erradicar el cristianismo del país.

Consagrado obispo en 1946 como obispo de Lublin y de 1948 de Gniezno (sede primacial) y de Varsovia Wyszynski, intentó la vía de convivencia pacífica con el régimen. Una actitud que pareció haber tenido suceso, visto que en 1950 hubo un acuerdo con el cual el gobierno reconocía la libertad religiosa. Pero inmediatamente empezó la opresión contra los grupos católicos.

La situación se agravó- los sacerdotes eran arrestado o “desaparecidos” y el Estado cerró o tomó escuelas, hospitales y periódicos- a tal punto que en 1952 a Wyszynski le fue impedido ir a Roma para recibir la birreta cardenalicia.

En 1953, el gobierno promulgó una ley que preveía el control estatal sobre los nombramientos de los obispos. La respuesta del episcopado fue durísima. El cardenal escribió una carta, firmada por todos los obispos, que rechazaba el principio.

El gobierno reaccionó arrestando al cardenal, el 25 de setiembre de 1953. Por 3 años fue segregado, pero no se rindió. Meditaba y rezaba, también por sus carceleros. En sus Apuntes desde la prisión escribió: “el miedo de un apóstol es el primer aliado de sus enemigos” y “la falta de coraje es el inicio de la derrota para un obispo”.

Como consecuencia de la revuelta de Poznan en 1956, fue liberado. Después de la caída del estalinista Boleslaw Bierut subió al gobierno Wladislaw Gomulka, padre del “comunismo nacional”. En una lógica de pacificación interna, él liberó al cardenal que, por su parte, alentaba a la conciliación. Una actitud que le suscitó hostilidad de una parte de la curia romana, tanto que cuando en 1957 Wyszynski pudo ir a Roma, le impusieron algunos días de anti-cámara, antes de poder encontrarse con Pío XII.

Wyszynski murió en 1981, 15 días después del atentado a Juan Pablo II, no pudiendo ir a celebrar el funeral escribió una carta “a la nación polaca” pidiendo una “profunda meditación nacional. Objeto particular de tal meditación hagan la figura del inolvidable primado, el Card. Wyszynski de venerada memoria, su Persona, su enseñanza, su rol en un período tan difícil de nuestra historia”. (FP)