Por el momento se investiga por intento de homicidio, pero no se excluye ninguna pista. Sospechas por el aspecto “no –eslavo” grabado por las tele-cámaras. Hace pocas semanas las fuerzas de seguridad rusas han desmantelado una célula islamista que proyectaba un ataque el 16 de diciembre.
San Petersburgo (AsiaNews/Agencias)- Trece personas resultaron heridas anoche a raíz de la explosión de un artefacto rudimentario en un centro comercial de San Petersburgo, en el noroeste del país. La bomba había sido abandonada en el lugar, y estaba rellena con pedazos de metal. La noticia fue anunciada por un comunicado del Comité nacional anti-terrorismo (NAK).
La bomba explotó en el centro comercial de la cadena Perekkriostok, con una potencia equivalente a “200 gramos de TNT”. Por cuanto refiere hoy el sitio de información local Fontana.ru, las tele-cámaras de custodia del supermercado han capturado la imagen de un potencial culpable: un hombre de aspecto “no-eslavo”, que vestía una chaqueta verde con capucha. El sospechoso llevaba en las primeras imágenes una mochila beige que parecía pesada, que está ausente en las sucesivas tomas. Otras fuentes rusas agregan que la bomba había sido escondida en los armarios utilizados por los negociantes para dejar sus pertenencias.
El NAK está coordinando la investigación y los adeptos aseguran que ninguna pista será descartada. Por el momento, se inició una investigación por “intento de homicidio”.
El fantasma del terrorismo evoca el ataque que en abril pasado provocó 16 muertos en la línea metropolitana de la ciudad. En aquella ocasión, Akbarzhon Jalilov, un kirguiso de 22 años, murió en la explosión, que fue producida a distancia. Hace pocas semanas, los servicios de seguridad rusos anunciaron que habían desmantelado una célula del grupo yihadista del Estado islámico que tenía programado un atentado para el 16 de diciembre, en la catedral de Nuestra señora de Kazan, muy frecuentada por peregrinos y turistas.