Papa en Chile, a los jóvenes: estén siempre "conectados" con Jesús

Para un hombre joven de hoy, observó Francisco, es importante estar siempre conectado a Internet, no sentirse fuera del mundo, desorientado, de mal humor. Con la fe es lo mismo, "cuando permanecemos sin esta 'conexión' que da vida a nuestros sueños, el corazón comienza a perder fuerza". Que la Universidad Católica proponga a la "sociedad líquida" de hoy un renovado humanismo que evita caer en cualquier tipo de reduccionismo.


Santiago de Chile (AsiaNews) - Estar "conectado" con Jesús, comportarse "como lo haría Él" en las diferentes situaciones de la vida. Esta es la invitación que el Papa Francisco dirigió a los jóvenes chilenos, de los cuales 40.000 se reunieron con él en el santuario de Maipú, en Santiago (en la foto).

Una reunión llena de entusiasmo - interpretada por el Papa sobre la similitud entre la "conexión" de teléfonos móviles, algo "esencial" para los jóvenes de hoy, y la de Jesús - a la que le siguió la visita a la Pontificia Universidad Católica, la cual fue invitada a "generar procesos" que iluminen la cultura actual, proponiendo un renovado humanismo que evite caer en cualquier tipo de reduccionismo".

"Dios - le dijo a los jóvenes - pone en tu corazón sueños de libertad, sueños de alegría, sueños de un futuro mejor", el deseo de "ser los protagonistas del cambio". "Y teniendo en cuenta toda la realidad de los jóvenes he querido realizar este año el Sínodo y, antes del Sínodo, el Encuentro de jóvenes para que se sientan y sean protagonistas en el corazón de la Iglesia; que nos ayudemos a que la Iglesia tenga un rostro joven, no precisamente por maquillarse con cremas rejuvenecedoras, sino porque desde su corazón se deja interpelar, se deja cuestionar por sus hijos para poder ser cada día más fiel al Evangelio. ¡Cuánto necesita la Iglesia chilena de ustedes, que nos «muevan el piso» y nos ayuden a estar más cerca de Jesús! Sus preguntas, su querer saber, su querer ser generosos son exigencias para que estemos más cerca de Jesús. Todos estamos invitados una y otra vez a estar cerca de Jesús".

Para un hombre joven de hoy, observó, es importante estar siempre conectado a Internet, tener la batería de su teléfono celular siempre cargada, no sentirse fuera del mundo, desorientado, de mal humor. Con la fe es lo mismo, "cuando permanecemos sin esta 'conexión' que da vida a nuestros sueños, el corazón comienza a perder fuerza".

Para los jóvenes de Chile, Francisco ha indicado como modelo a San Alberto Hurtado, un sacerdote jesuita, que tenía una regla simple y que el Papa les propuso a los niños para que la "memorizaran" como lo hacen con las contraseñas. "La contraseña de Hurtado era muy simple —si se animan me gustaría que la apunten en sus teléfonos—. Él se pregunta: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?». En la escuela, en la universidad, en la calle, en casa, entre amigos, en el trabajo; frente al que le hacen bullying: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?». Cuando salen a bailar, cuando están haciendo deportes o van al estadio: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?». Es la contraseña, la batería para encender nuestro corazón, encender la fe y la chispa en los ojos. Eso es ser protagonistas de la historia."

Durante la reunión, el Símbolo de la Juventud para el Sínodo fue presentado a Francisco. También los jóvenes trajeron la Cruz de Chile y le dieron al Papa una cinta, una señal de la sangre derramada de Cristo, que Francisco colocó en la cruz.

La última cita del día fue la visita a la Pontificia Universidad Católica, fundada el 21 de junio de 1888. Frente a cientos de estudiantes y representantes del mundo académico chileno, el Papa dijo que las universidades deben ser laboratorios de diálogo y encuentro, capaces de superar cualquier forma de fragmentación en esa "sociedad líquida", tal como la definió el sociólogo Zygmunt Bauman, que preocupa a Francisco, porque "los puntos de referencia están desapareciendo".

"Hoy - subrayó - resulta profética la misión que tienen entre manos. Ustedes son interpelados para generar procesos que iluminen la cultura actual, proponiendo un renovado humanismo que evite caer en todo tipo de reduccionismo. Y esta profecía que se nos pide, impulsa a buscar espacios recurrentes de diálogo más que de confrontación; espacios de encuentro más que de división; caminos de amistosa discrepancia, porque se difiere con respeto entre personas que caminan en la búsqueda honesta de avanzar en comunidad hacia una renovada convivencia nacional."

El Papa dijo entonces que la misión de las universidades es estar al "servicio de la convivencia nacional", "laboratorios" para el futuro de un país, "superando toda lógica antagónica y elitista del conocimiento". La invitación es a  "buscar siempre nuevos espacios para el diálogo en lugar de la confrontación; espacios de reunión en lugar de divisiones; caminos de discrepancia amistosa". Y en este proceso dinámico y virtuoso, la "percepción popular" no debe silenciarse, especialmente al pensar en la riqueza cultural de las comunidades aborígenes.

Finalmente, Francisco expresó su satisfacción por el "esfuerzo evangelizador" y la "vitalidad gozosa" de la pastoral universitaria en el ateneo, “signo de una Iglesia joven, viva y ‘en salida’”.