En horas de la noche, fueron lanzados cuando menos 100 misiles, sobre los alrededores de Damasco y sobre Homs. No se registraron víctimas. El ataque es justificado alegando tener ‘pruebas’ del uso de armas químicas por parte de Damasco. Rusia acusa a los servicios secretos británicos de haber simulado la escena del ataque en Duma. El secretario general de la ONU pide evitar la escalada del conflicto.
Damasco (AsiaNews/Agencias) – Anoche, los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia lanzaron una serie de bombardeos aéreos contra el régimen del presidente sirio Bashar Assad, como castigo por haber utilizado armas químicas en Duma hace una semana, hecho que los sirios niegan rotundamente.
Joe Dunford, Jefe del Estado Mayor de los EEUU, ha declarado que las fuerzas occidentales atacaron tres sitios vinculados a programas para la producción de armas químicas: uno ubicado cerca de Damasco, y otros dos en las inmediaciones de Homs, en el centro de Siria. También ha precisado que los misiles y las bombas han evitado azotar fuerzas rusas, presentes en el país, y que Moscú no fue advertida con antelación sobre los objetivos que iban a ser atacados, contrariamente a lo que había sido solicitado por Rusia el día anterior.
Hasta ahora, no hay claridad sobre el número de misiles lanzados por las fuerzas aliadas. Se habla alrededor de cien. La agencia estatal siria Sana afirma que la defensa aérea detuvo cuando menos 13 misiles. No se han informado víctimas. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, cuya base está en Londres, comunica que fueron atacados centros de investigación científica, varias bases militares y sedes de la guardia republicana en Damasco y sus alrededores.
En las últimas horas, el presidente de los EEUU, Donald Trump, el secretario de Defensa James Mattis, la premier británica Theresa May, y la ministra francesa de Defensa, Sra. Florence Parly declararon, en todos los casos, que el ataque se orientaba a destruir las capacidades de Damasco para producir armas químicas y a dar un ejemplo a la comunidad internacional, para que no se haga uso de estos instrumentos de muerte.
El ataque se produjo precisamente algunas horas antes de la llegada de un grupo de expertos de la Organización para la prohibición de las armas químicas a la ciudad de Duma. Su tarea será verificar si en el lugar se produjo un ataque químico o no.
En los últimos días, Trump, el presidente francés Emmanuel Macron y la premier May han hablado en reiteradas ocasiones refiriendo tener “pruebas” sobre el uso de armas químicas por parte de Damasco, aunque sin mostrar ninguna de ellas. Pero Siria y Rusia han negado cualquier implicación en hechos semejantes. Además, ayer el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, acusó a los servicios secretos británicos de haber montado la escena de un falso ataque con armas químicas, para así justificar ataques orientados a debilitar el régimen de Bashar al-Assad precisamente cuando el gobierno –con la ayuda de Rusia, Irán y Hezbollah- están venciendo las últimas bolsas de resistencia en el país, tras siete años de guerra civil.
Días atrás, en una entrevista concedida a AsiaNews, el vicario apostólico de Alepo de los Latinos, Mons. Georges Abou Khazen, acusó a “las potencias regionales y mundiales” de querer buscar “un pretexto para intervenir con incluso mayor dureza aún, y combatir”, alejando las posibilidades de llegar a una paz.
Hace aproximadamente una semana, Trump había anunciado que retiraría las tropas estadounidenses de Siria, luego de la derrota de los grupos yihadistas del Estado islámico. El supuesto ataque químico y los bombardeos de esta noche permiten a Washington –junto a sus poderosos aliados: Israel y Arabia Saudita- permanecer en juego para contrastar la influencia de Rusia e Irán en la región.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, en un comunicado dado a conocer anoche, ha pedido a todos los Estados miembros “evitar cualquier acción que pueda conducir a una escalada y agravar el sufrimiento del pueblo sirio”.