Durísima réplica de la República islámica ante las acusaciones del premier israelí. Según Netanyahu, Teherán aún sigue operando para hacerse de armamento atómico. Pero sus afirmaciones se apoyan en documentos viejos y éstos son desmentidos incluso por la AIEA. La Casa Blanca primero lo sostiene, pero luego se retracta. La UE remarca la importancia del acuerdo, como garantía de paz en Oriente Medio.
Teherán (AsiaNews/Agencias) - El premier israelí es un “mentiroso infame”, que lanza acusaciones carentes de todo fundamento, acerca de un inexistente programa secreto nuclear de Teherán. Es lo que afirma el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, quien agrega que las afirmaciones de Benjamín Netanyahu sobre presuntas “mentiras” de la República islámica y de renovadas ambiciones atómicas ya están “desgastadas” además de ser “inútiles y vergonzosas”.
El titular del ministerio, Javad Zarif, subraya que los documentos en los cuales Israel se apoya no son sino una “recreación” de “viejas acusaciones” que ya fueron desmentidas por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). En un comunicado, el vocero del ministro, Bahram Ghasemi, agrega que provienen de “un mentiroso traidor hecho añicos, que nada tiene que ofrecer, “sino mentiras e infamias”. “Netanyahu y su infame régimen sionista –agrega- deben entender que el mundo ya ha tenido suficiente de esto”.
En una aparición televisiva que fue transmitida días atrás en cadena nacional, el primer ministro israelí había declarado que contaba con “nuevas pruebas” de un plan nuclear que podría ser activado en cualquier momento. Él aún no ha brindado ninguna prueba específica de actividades de la República islámica orientadas a obtener armas atómicas a partir de 2015, cuando se firmó el acuerdo en materia nuclear (JCPOA).
En una escalada del tensión que corre el riesgo creciente de desembocar en un conflicto entre Israel e Irán, Netanyahu ha obtenido el poder de declarar la guerra “en situaciones extremas” para lo cual sólo necesita contar con el acuerdo ministro de Defensa. El 30 de abril, la Knesset (el Parlamento israelí) aprobó el pedido del premier, que transfiere el poder de declarar la guerra del Ejecutivo a un selecto grupo de personas, el comité de seguridad.
En tanto, analistas y expertos se dedican a desmontar las polémicas acusaciones que Netanyahu lanza contra Irán. El show de TV del premier sería en realidad un ataque frontal carente de toda prueba sustancial y actual. El objetivo de la maniobra sería ocultar los problemas internos del país e impulsar al aliado americano a dejar sin efecto el histórico acuerdo logrado por la administración de su predecesor, Obama. La decisión del presidente Donald Trump sobre la reintroducción de sanciones contra Teherán se aguarda para el próximo 12 de mayo.
Ante las acusaciones de Netanyahu (que ha mostrado documentos relativos a un presunto programa atómico archivado 15 años atrás), Irán reafirma que el programa nuclear sólo reviste objetivos pacíficos.
La AIEA también ha respondido a los ataques lanzados por Israel, replicando que en el pasado –el material es del 2003- la República islámica supo planificar la producción de “dispositivos nucleares”. Sin embargo, los expertos prosiguen afirmando que “no hay elementos creíbles que indiquen” la existencia de “actividades nucleares relevantes” de Irán a partir del 2009.
En tanto, la diplomacia internacional continúa moviéndose en frentes opuestos para tratar de salvar (o cancelar) el acuerdo en cuestión. La Casa Blanca en un primer momento respondió a las acusaciones presentadas por Netanyahu en una transmisión televisiva en vivo y en directo, diciendo que éstas eran consistentes y que Irán todavía hoy “tiene” en curso un “importante programa nuclear”. Pocas horas más tarde, la cúpula de gobierno americana corrigió sus dichos, subrayando que Teherán “tenía” (transformando el verbo en pasado) un programa atómico.
Sigue siendo inmutable la posición de los altos funcionarios de la dirigencia europea, que defienden con fuerza el acuerdo, por considerarla única vía de paz en el Oriente Medio. La Alta representante de Política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini confirma que los documentos sobre los cuales se apoya Netanyahu “de ninguna manera ponen en duda” la adhesión al acuerdo, y que la misma AIEA ha certificado su observancia.