Ho Chi Minh City, expropian terrenos en Thủ Thiêm y 15.000 familias se quedan sin vivienda
de Nguyen Hung

Valiéndose de amenazas y presiones, las autoridades se hacen de las propiedades de los habitantes a precios bajos y las revenden a los inversionistas. El Comité del Pueblo pretende expropiar tierras que pertenecen a la comunidad católica. El Pbro. Vĩnh Sang, sacerdote redentorista, afirma que “hay ‘personalidades’ que, en nombre del diálogo entre la Santa Sede y el Estado, han pedido a las víctimas que se callen’. Mons. Michael Hoàng Đức Oanh: “Defender la justicia, la verdad y los derechos humanos, para ser mensajeros del Evangelio”.


Ho Chi Minh City (AsiaNews) – Son cerca de 15.000 las familias que se han quedado sin una vivienda a causa del proyecto de desarrollo urbano, que las autoridades de Ho Chi Minh City pretenden realizar en el barrio de Thủ Thiêm, perteneciente al Distrito 2 de la ciudad. Arruinados y reducidos a la condición de sin techo, la gente afectada protesta contra las compensaciones insuficientes que otorga el gobierno de la ciudad, abocado a sustraer tierras y propiedades a los ciudadanos en virtud de acuerdos suscriptos con sociedades inmobiliarias.  

Valiéndose de amenazas y presiones, las autoridades captan las propiedades de los habitantes a precios bajos. En un segundo momento, revenden cientos de hectáreas de terreno a los inversionistas, a cambio de enormes cantidades de dinero. A veces, llegan a hacerse de un dinero 300 veces superior al valor de los inmuebles originalmente adquiridos, y reparten lo que llega a sus bolsillos con otros “grupos de interés”. Durante todo el mes de mayo, el Comité del Pueblo de Ho Chi Minh City ha pedido a las agencias involucradas en este proyecto que expropien las tierras pertenecientes a la comunidad católica. Sosteniendo que los nueve lotes de tierra forman parte del área afectada por el proyecto, los funcionarios locales reclaman el terreno de la parroquia de Thủ Thiêm, la estructura que aloja la Comunidad de las Hermanas Amantes de la Santa Cruz, y tres escuelas primarias que son propiedad de las religiosas.

El 9 de mayo por la tarde, una delegación de la Asamblea Nacional de Ho Chi Minh City se reunió con los electores del Distrito 2. Todos los habitantes del área pidieron al gobierno que investigase el proyecto en su totalidad. Luego, los medios de Estado publicaron una serie de artículos en los que se daba cuenta y razón de las violaciones y la corrupción de las autoridades locales en la planificación de la nueva zona urbana. En efecto, en ese barrio viven miles de “dân oan” (personas tratadas de manera injusta), que no tienen posibilidades de hallar un alojamiento alternativo.

El Pbro. Vĩnh Sang, sacerdote redentorista, declara a AsiaNews: “Uno de los problemas más graves es que el gobierno ha sustraído a los ciudadanos tierras, viviendas e institutos religiosos con el uso de la fuerza. Son muchas las personas que han sido perseguidas, heridas, y encerradas en prisión por las autoridades. “Las personas que han perdido las propiedades suelen ser olvidadas por todos –prosigue el sacerdote-. Además, en algunas comunidades, parroquias o incluso algunos fieles que han solicitado ayuda, al ver que no la recibieron, se han visto desalentados y han desistido. Luego están aquellas ‘personalidades’ que, por el contrario, en nombre del proceso de diálogo entre la Santa Sede y el Estado, han pedido a estas víctimas que callen para así ‘obtener cosas más grandes’”.  

El P. Vĩnh afirma: “Cuando las víctimas católicas alzan la voz, normalmente son criticadas por voces moralizantes. Estas personas suelen plantear el siguiente interrogante: ‘¿Acaso las cuestiones inherentes a la propiedad de la tierra son tan importantes, al punto de tener que causar tensiones de este tipo? ¿Vale la pena expresar nuestra oposición? Lo que debemos hacer es atenernos al Evangelio, al Reino de los Cielos. Las disputas por la tierra, las protestas por la pérdida de las viviendas no son temas a los que debamos dar voz’. Estamos plenamente de acuerdo con este principio. Sin embargo, la justicia, la verdad y los derechos humanos son cosas de las cuales debemos hacernos responsables. Son temas dignos de nuestro compromiso, si es que aún queremos seguir siendo cristianos, si es que aún queremos ser mensajeros del Evangelio”.

El 20 de mayo, Mons. Michael Hoàng Đức Oanh, obispo emérito de Kontum (en el centro de Vietnam) hizo una visita a la parroquia de Thủ Thiêm y a su vicario, el Pbro. Jean Baptiste Lê Đăng Niêm (foto). En ocasión de la solemnidad de Pentecostés, el prelado invitó a la comunidad católica a rezar de una manera particular por la tierra de Thủ Thiêm, pidiendo al Espíritu Santo que sostenga a la Iglesia en estos momentos difíciles. Durante la homilía, el obispo declaró: “Cuando se manifiesta el Espíritu Santo, los discípulos de Jesús ya no tienen más miedo. Ya no se quedan encerrados en una habitación, sino que encuentran el coraje de dar testimonio del amor,  de la verdad y del Dios eterno”

Al referirse a la disputa en torno a los terrenos de la parroquia, que están bajo la mira de las autoridades, Mons. Michael Hoàng Đức Oanh afirmó: “Somos cristianos. No luchamos para mantener la propiedad de esta tierra, pero queremos hablar a nuestra comunidad en favor de la justicia y de la verdad, para que éstas permanezcan en nuestro país. No hay ninguna institución que tenga la capacidad de existir por siempre, sólo Dios existe por siempre. Sólo Dios es el Señor de esta historia, y no un mecanismo o un partido político. Nosotros damos testimonio ante nuestro Dios eterno; debemos ser valientes para hablar de verdad. Dios es la Fuente de la Verdad; lo que se construye sobre la mentira y el fraude ha de ser removido”.

El obispo emérito también invitó a los fieles a recordar que este año, la Iglesia de Vietnam celebra los 30 años de la canonización de los 117 mártires vietnamitas. “Debemos recordar esta historia traumática”, dijo. “Ahora ha llegado el momento de proclamar la fe de nuestros antepasados. Los que nos precedieron vivieron los valores del Evangelio y derramaron su sangre para dar testimonio de la fe”.