Sacerdote jordano: las protestas anti-gubernamentales son ‘imponentes, pero pacíficas’

Desde hace varios días diversas ciudades del país son teatro de manifestaciones en las calles. Los ciudadanos protestan contra las políticas de reforma fiscal pedidas por el FMI. El p. Bader: Animadas por “elementos de la sociedad civil”, no por movimientos radicales como los Hermanos Musulmanes. Probable rechazo de la ley. El aumento de los precios y los emigrantes.


Amman (AsiaNews)- Las manifestaciones de estos días en Jordania son “imponentes, pero son pacíficas” y lo que cuenta es que “éstas son animadas por ciudadanos y por elementos de la sociedad civil”, sin la interferencia “de partidos políticos” o por movimientos radicales como los “Hermanos Musulmanes”. Es cuánto subraya a AsiaNews, el p. Rifat Bader, director del Centro católico para los estudios y los medios de Amman, comentando las protestas de calle que desde hace 4 días animan las calles de Amman y de otras ciudades del país contra el costo de la vida y la desocupación. “Ahora los trabajos del Parlamento están suspendidos-agrega el sacerdote- pero se espera una sesión extraordinaria en la cual, con mucha probabilidad, los diputados rechazarán la propuesta de ley presentada por el gobierno”.

Por el cuarto día consecutivo en Jordania salieron a las calles miles de personas, para protestar contra una reforma fiscal deseada por el ejecutivo y alentada por el FMI (Fondo Monetario Internacional). Según los manifestantes, ésta daña a la clase media y sectores más pobres de la población y no llevará a un deseado aumento de los salarios en línea con el crecimiento incesante del costo de la vida.

Analistas y expertos subrayan que se trata de las manifestaciones más imponentes en el Reino hachemita que, a diferencia de muchos otros Estados de la región-entre los cuales Egipto, Túnez, potentados del Golfo- había atravesado indemne las revueltas ligadas a la Primavera árabe a partir del año 2011. Una política que está dividiendo a Europa y que ahora parece tocar también a las naciones árabes, con efectos potencialmente catastróficos para los frágiles equilibrios de la región.

Los ciudadanos en las calles piden decididamente la dimisión del Premier Hani Mulki, convocado hoy con la máxima urgencia por el rey Abdulá para coloquios privados. En los días pasados el jefe de gobierno que será el Parlamento que decidirá si aprobar o no las reformas fiscales deseadas por el FMI. Las protestas han tocado no sólo a la capital, Amman, sino también a diversas ciudades entre las cuales Zarqa, Balqa, Maan, Karak, Mafraq, Irbid y Jerash. Los policías, vestidos con equipos antidisturbios, intervinieron varias veces con gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.

En el centro de las críticas está la decisión de aumentar los precios y los impuestos en un 5% sobre los individuos y en un 20/40% para las empresas. Los ciudadanos piden las dimisiones del Premier, después del fracaso de los negociados entre el mismo Mulqi y los sindicatos de los días pasados. La protesta estalló el pasado 30 de mayo y continuó en los días siguientes, después del anuncio de los aumentos de los combustibles y la energía eléctrica. En este contexto de crisis, el rey, figura en línea general amada por la población y garante de la unidad, pidió la colaboración de todos para alcanzar o llegar a un compromiso.

Las protestas están “dirigidas contra el Premier” y el equipo del gobierno, subraya el p. Rifat. Hoy el rey lo convocó al Palacio y “se esperan decisiones en las próximas horas, la sensación es que se pueda hacer algo”. Lo importante, agrega, es subrayar “la naturaleza pacífica” de la protesta y que ésta tiene origen “en los sindicatos-confirma l los Hermanos Musulmanes están fuera del juego”.

“Las personas en la calle-explica el sacerdote- piden el respeto de los derechos y políticas inclusivas contra el aumento de los precios y la desocupación, problemas reales. No hay violencia y el cuadro permanece en la normalidad”. Para el p. Badeer las protestas son el epílogo inevitable de una situación social siempre más difícil. “En pocos años-narra- hemos pasado de 10 millones de personas, de las cuales 7 son jordanos y 3 emigrantes. De éstos, 1 millón de emigrantes económicos, sobre todo de Egipto y Filipinas. Pero 2 millones son refugiados de Siria, Irak, Yemen, Libia y Sudán. Al crecimiento demográfico se agregó un aumento d los precios y la falta de trabajo”. El país, concluye “debe ser ayudado, mientras que esta ley promovida por el gobierno termina por aumentar las diferencias y la pobreza”.