Papa: las 'dimensiones' de la evangelización: anuncio, servicio y gratuidad

El Espíritu Santo es el “protagonista” del anuncio, el cual no representa una simple “prédica” o la “trasmisión” de algunas ideas, sino una marcha dinámica, capaz de “cambiar los corazones” gracias a la obra del Espíritu. “Es feo ver que evangelizadores que se hacen servir y viven para que les sirvan”  


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Es el Espíritu Santo el “protagonista” del anuncio, primera “dimensión” de la evangelización, que luego se vuelve servicio –que se niega a cualquier arribismo- y gratuidad. La evangelización fue el tema central de la homilía de la misa celebrada esta mañana por el Papa Francisco en la Casa Santa Marta, cuyo punto de partida fueron las Lecturas del día.   

El Papa recordó que es el Espíritu Santo el “protagonista” del anuncio, el cual no representa una simple “prédica” o la “trasmisión” de algunas ideas, sino que es una marcha dinámica, capaz de “cambiar los corazones” gracias a la obra del Espíritu. “Hemos visto planes pastorales bien hechos, perfectos”, pero que no eran instrumento para la evangelización”, y esto, simplemente, porque eran fines en sí mismos, “incapaces de cambiar los corazones”. Lo que Jesús nos manda no es a tener una actitud empresarial. Es con el Espíritu Santo. La valentía es esta. La verdadera valentía de la evangelización no es una testarudez humana, así… No. Es el Espíritu el que nos da el coraje y nos lleva adelante”.

La segunda dimensión de la evangelización en la que Francisco de enfocó es el servicio, ofrecido incluso “en las pequeñas cosas”. En efecto, es un error la presunción de querer que a uno lo sirvan, tras haber hecho carrera, sea en la Iglesia o en la sociedad:  “en la Iglesia, –agregó- el arribismo es un signo de que no se sabe qué es la evangelización”, “el que manda debe ser como el que sirve”. “Podemos anunciar cosas buenas, pero sin servicio, no es anuncio. Parece, pero no lo es. Porque el Espíritu, no sólo te conduce a proclamar la verdad del Señor, y la vida del Señor, sino que también te conduce hacia los hermanos,  hacia las hermanas, para servirles. El servicio. Incluso en las pequeñas cosas. Es feo ver evangelizadores que se hacen servir y viven para hacerse servir. Es feo. Quedarán como los príncipes de la evangelización”.

Por último, la gratuidad, porque nadie puede redimirse gracias a sus propios méritos. “Gratuitamente habéis recibido –nos recuerda el Señor-, gratuitamente debéis dar”. Todos nosotros hemos sido salvados por Jesucristo gratuitamente y, por lo tanto, debemos dar gratuitamente. Los agentes pastorales de la evangelización tienen que aprender esto, su vida debe ser gratuita, estar al servicio, deberse al anuncio, conducidos por el Espíritu. La propia pobreza los empuja a abrirse al Espíritu”.