En Sichuan, la primera prisión ‘con rostro humano’

La nueva prisión de Chuanbei se inauguró en 2012. La posibilidad de aprender un oficio, las celdas que cumplen con las normas establecidas y la asistencia psicológica para los detenidos convierten a este lugar en un ejemplar único en toda China. Un detenido cuenta: “Ahora, nuestras vidas en este nuevo centro son distintas. Es como la distancia que hay entre el cielo y la tierra”. Sospechas de que sea una mera fachada.


Beijing (AsiaNews/Caixin) – China suele ser acusada de violaciones a los derechos humanos sobre la población de detenidos: trabajos forzados, torturas, ejecuciones. En la región de Sichuan, la prisión de Chuanbei representa una excepción. Dentro del lugar han comenzado una serie de programas experimentales para los detenidos: talleres, aulas, una sala de conciertos, un centro recreativo y una cancha de fútbol. Ahora, cada habitación aloja a 12 detenidos, los cuales tienen a disposición tres salas de baño. Los ancianos y aquellos que sufren psicopatologías o enfermedades físicas reciben una asistencia médica adecuada.  

La cárcel de Chuanbei fue inaugurada en 1952. Los detenidos solían trabajan en las minas o en la industria del acero y del cemento. Un detenido que trabajó en el antiguo centro, cuenta: “En el aire había tanto hollín, que el cielo se volvía gris, y todo mi cuerpo, e incluso parte de mis ojos, estaba cubierto de polvo”. Y continúa: “Ahora, nuestras vidas son distintas en este nuevo centro. Es como la distancia que hay entre el cielo y la tierra”.  

La fábrica de cemento de Chuanbei se cerró en el año 2010. Dos años después, se abrió un nuevo establecimiento. Fue la primera prisión en ser reconstruida luego del terremoto de Wenchuan, ocurrido en mayo del 2008. Los detenidos siguen trabajando en la nueva cárcel. Sin embargo, tienen la posibilidad de aprender un oficio y especializarse. Algunos analistas son escépticos, y temen que el proyecto de Chuanbei sea una mera fachada, y que termine haciéndose poco o nada por las demás cárceles.

El sistema penitenciario del país ha ocupado las portadas de los periódicos mundiales por la sistemática violación de derechos humanos que allí se perpetra. Los reclusos a menudo son obligados a trabajar en condiciones inhumanas y sin ningún tipo de protección ni retribución. China tuvo que revisar la gestión de su sistema carcelario a causa de las crecientes presiones de la comunidad internacional. La primera legislación sobre las cárceles data de 1994. A partir del 2000, las autoridades repensaron su sistema penitenciario, a fin de mejorar las condiciones de los detenidos y su situación en cuanto trabajadores, y redistribuyendo la carga de trabajo.