Francisco se reunió con la delegación del Patriarcado ecuménico, que se encuentra en Roma con ocasión de la fiesta de los Santos Pedro y Pablo. La convergencia de visiones “con mi amado hermano Bartolomé, se traduce en un trabajo en común, concreto”. En efecto, son numerosos los campos de colaboración donde poder combatir las esclavitudes modernas, por ejemplo, donde defender la creación y la búsqueda de la paz.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – El deseo de que se multipliquen las oportunidades para que católicos y ortodoxos puedan trabajar juntos, para que recen juntos y anuncien juntos el único Evangelio. Fue lo expresado hoy, por el Papa Francisco, durante el encuentro con la delegación del Patriarcado ecuménico (en la foto), que está de visita en Roma en el marco del tradicional intercambio de delegaciones con ocasión de las fiestas de sus respectivos santos patronos: el 29 de junio, en Roma, por los santos Pedro y Pablo; y el 30 de noviembre, en Estambul, para la celebración de San Andrés.
Al dirigirse a los miembros de la delegación -encabezada por el Arzobispo de Telmissos, Job, Co-presidente de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa- Francisco les recordó las “raíces en común” de las dos Iglesias y afirmó la necesidad de “tomar conciencia de la misión en común, al servicio del Evangelio, para generar una humanidad nueva”. Una misión urgente, si se tiene en cuenta la creciente secularización que rige en tantas sociedades que tienen una tradición cristiana. “El desprecio por la dignidad de la persona humana, la idolatría del dinero, la difusión de la violencia, la absolutización de la ciencia y de la técnica, la explotación irresponsable de los recursos naturales son tan sólo –subrayó- algunos de los tantos signos graves de una realidad trágica, a la que no podemos resignarnos”.
Frente a esta realidad, Francisco mencionó que en un reciente discurso pronunciado en Roma, el Patriarca Bartolomé afirmó: “Rechacemos la cínica frase: no hay alternativa”. Y citó las palabras del mismo Patriarca, afirmando que compartía plenamente lo dicho por él: “Nuestras Iglesias pueden crear nuevas posibilidades de transformación para nuestro mundo. En efecto, la Iglesia misma es un evento de transformación, de la puesta en común, de amor y de apertura. […] En nuestras Iglesias experimentamos la bendita certeza de que el futuro no pertenece al ‘tener’ sino al ‘ser’, no es de la ‘pleonexia' sino del ‘compartir’, no es del individualismo y el egoísmo, sino de la comunión y la solidaridad: no pertenece a la división, sino al amor”.
La convergencia de visiones “con mi amado hermano Bartolomé –siguió diciendo Francisco- se traduce en un trabajo en común, concreto”. En efecto, son numerosos los campos de colaboración donde luchar contra las esclavitudes modernas, por ejemplo, o donde defender la creación y la búsqueda de la paz.
El Papa señaló que el próximo 7 de julio se reunirá con Bartolomé en Bari, “para rezar y reflexionar sobre la trágica situación que aflige a tantos hermanos y hermanas” del Oriente Medio. “Mi deseo –concluyó- es que se multipliques las oportunidades para que católicos y ortodoxos, en todos los niveles, podamos y trabajar juntos, rezar juntos y anunciar juntos el único Evangelio de Jesucristo que hemos recibido de la predicación apostólica, para experimentar cada vez más, en este camino en común, la unidad que, por gracia de Dios, ya no une”.