Tres años de represión contra el grupo 709 y continúa el silencio sobre Wang Quanzhang

Los letrados fueron arrestados, torturados y obligados a renegar de su labor en televisión. Hace tres años, las autoridades chinas comenzaron la represión contra los abogados y activistas que se abocan a la defensa de los derechos humanos. Los profesionales arrestados suman cerca de 300. De algunos –como sucede en el caso de  Wang Quanzhang- “no se han tenido más noticias. La represión contra el grupo 709 es la violación más grave del estado de derecho que se haya cometido en China. Y, sin embargo, ésta dice respetarlo”.


Beijing (AsiaNews) – El 9 de julio de 2015, las autoridades chinas emprendían la represión contra los abogados y activistas que defienden los derechos humanos. En estos tres años, 300 personas fueron arrestadas. La acusación alegada es “perturbación del orden social”. Algunos fueron liberados luego de ser torturarlos o después de obligarlos a denunciar en televisión su actividad subversiva. De otros, no se han tenido más noticias. Es el caso del abogado  Wang Quanzhang (foto).

En noviembre de 2016, el Ministerio de Justicia introdujo nuevas reglas para los abogados y estudios jurídicos. Las nuevas normas indican que los estudios cuyos abogados ejerzan presiones sobre las autoridades judiciales podrán ser penados con sanciones, que incluyen la revocación de la licencia profesional. Los estudios pueden ser sancionados en caso de que sus letrados firmen peticiones, cartas abiertas o mantengan encuentros que puedan “generar descontento en relación al Partido”. Una de las principales víctimas de esta nueva ley ha dio el estudio jurídico Fengrui, de Beijing. Allí trabajaban Zhou Shifeng, Wang Yu y Wang Quanzhang. Del último letrado no se han tenido más noticias en los últimos tres años. El estudio ha llevado adelante muchos casos sensibles: el del artista disidente Ai Weiwei, el del activista ciego Chen Guangcheng, el del abogado por los derechos humanos Gao Zhisheng y el del académico uigur Ilham Tohti.

Wang Yu fue arrestada hace tres años. La abogada fue liberada luego de ser sometida a torturas físicas y psicológicas. Ahora sufre de problemas cardíacos, psicológicos y tiene alucinaciones. “He soportado días enteros privada del sueño, sin comida y sin agua. Durante siete meses, fui encerrada en el más absoluto aislamiento. Mi estado psicológico se ha resentido a raíz de ello. Es algo que no he podido superar hasta ahora”. Las torturas y las humillaciones se terminaron cuando la mujer aceptó hacer su confesión para difundirla en la televisión estatal. Su hijo y su marido también fueron arrestados, cuando se encontraban en el aeropuerto de Beijing. El hijo de quince años estaba a punto de embarcarse rumbo a Australia para completar unos estudios. Los dos fueron separados. Luego de algunos meses, el muchacho fue detenido nuevamente cuando intentaba huir a Myanmar. En prisión, lo golpearon y amenazaron. "Le dijeron que le aplastarían el cráneo si seguía resistiéndose”, cuenta Wang. Al final, fue obligado a firmar una declaración de culpabilidad. La familia ahora está libre. Pero Wang y su marido ya no pueden trabajar como abogados.

Sui Muqing también fue proscripto por el Colegio de Abogados. Tuvo un comienzo de carrera brillante en un estudio jurídico, pero luego empezó a sentirse agobiado por el trabajo. Fue entonces que comenzó a interesarse por las causas de derechos humanos. Pero pagó un precio caro por tomar esta decisión. El 9 de julio, hace exactamente tres años, él fue arrestado. Cuenta: “Al día siguiente quedé bajo vigilancia estricta en una localidad, durante seis meses. Luego, permanecí un mes bajo arresto domiciliario”. Sui fue sometido a torturas como la privación del sueño por cinco días seguidos. “El último día, sentía un dolor asfixiante en todo el cuerpo, pensé que me moriría. Así que me declaré culpable de incitación a la subversión”. En el verano de 2016, Sui retomó el caso. Pero las autoridades judiciales le informaron que había sido expulsado del colegio de abogados. Desde el año pasado, han suspendido la licencia de 17 abogados que defienden los derechos humanos. Sui explica: “Las autoridades quieren domesticar a los abogados y convertirlos en colaboradores suyos”. “La represión ha causado un pánico enorme. Muchos abogados que eran activos ya no tienen el coraje de hablar contra el gobierno o de afrontar casos sensibles”, explica Sui.

En mayo de este año, Chinese Human Rights Defenders solicitó a los Estados Unidos -apoyándose en la Ley Global Magnitsky- que proceda a sancionar a  Zhao Fei, ex director de la Oficina de Seguridad Pública de Tianjin. Él es considerado el responsable de la represión encarada contra los abogados chinos. “Los operativos contra los abogados constituyen una afrenta al estado de derecho, el cual, sin embargo, China se jacta de respetar”, se lee en un comunicado de la CHRD. “Los afectados fueron colocados en la mira, a modo de represalia por su conducta profesional como letrados o como activistas, por defender el desarrollo del estado de derecho y la independencia del sistema de justicia penal”.