En Colombo, junto a la ciudad portuaria, un ‘infierno’ hecho de chabolas y chapas
de Melani Manel Perera

El barrio marginal se llama “Pelpath Niwas” y está situado a pocos metros de los hoteles de lujo, edificios de apartamentos y tiendas. En el asentamiento viven 150 personas sin techo: singaleses, tamiles y musulmanes. Sólo nueve niños asisten a la escuela. La queja de las mujeres; “Nosotros vemos estas mega obras, pero nadie nos ve a nosotros”.  


Colombo (AsiaNews) – Un “infierno” hecho de chapas, sin agua corriente, sin cocina ni servicios sanitarios. Así es el barrio marginal que se levanta en Colombo, la capital de Sri Lanka, en las inmediaciones de la ciudad portuaria, el mega-proyecto de desarrollo financiado por Beijing. El asentamiento lleva el nombre de “Pelpath Niwas” y ofrece refugio a 24 familias, que suman en total unas 150 personas que viven allí desde hace casi 40 años. Algunas mujeres, en diálogo con AsiaNews, se quejan; “Estamos inundados de problemas, no tenemos alternativas. Nos ilusionaron con promesas falsas, que jamás se cumplieron. Si nos dieran un pequeño lugar donde vivir de manera digna, nos iríamos de aquí hoy mismo”.

El barrio pobre está situado en la zona de Colombo 04, al borde de un acantilado y junto a las vías del ferrocarril, cerca de la estación de Bambalapitiya. Aquí conviven singaleses, tamiles y musulmanes. La miseria del lugar contrasta con los mega-hoteles de lujo, los apartamentos y edificios de varias plantas levantados en las cercanías, como parte del “Colombo Port City project”, un puerto económico-financiero que China está construyendo en el Océano Índico.

Niluka Nilmini, una joven católica, madre de dos niños, cuenta: “Vivimos aquí hace más de 30 años. En realidad, no poseemos nada que sea nuestro. Vivimos de un modo amargo, hacemos muchos trabajos para poder sobrevivir. No hay nadie que se ocupe de nosotros, que nos ayude a mejorar nuestra vida.  Alguna que otra vez viene alguien a tomarnos una foto, diciendo ser periodista o viene gente que dice trabajar en las universidades o para asociaciones varias. Todas estas personas prometen ayudarnos, pero hasta ahora, no hemos logrado nada”.  

Un problema espinoso, según cuenta la mujer, es que “muchas de las personas que viven aquí no tienen partida de nacimiento ni documentos de identidad, e incluso es frecuente que muchos ni siquiera sepan cuándo nacieron. Hace cuatro meses, completamos los formularios para tramitar los documentos y los entregamos a un funcionario municipal. Por ahora, no hemos tenido noticias”.

La vida de las personas sin techo es dura, y esto se debe, en parte, a los trabajos humildes que ellos desarrollan. “Si trabajas como barrendero o como empleado de limpieza en el edificio ubicado cerca de aquí, llamado ‘Bambalapitiya flats’ – explica Niluka – puedes llegar a ganar 900 rupias por día; pero si trabajas en una tienda, como máximo sacas 600 rupias”. Nirmala Devi, de 42 años, una mujer tamil de religión hindú, madre de cuatro niños, afirma: “Mi hija trabaja en esos departamentos de allí,  y gana 800 rupias por día, pero el dinero recién lo recibe a fin de mes. Mi marido trabaja de manera intermitente porque le falta una mano. A veces vamos a dormir sin haber comido, no tenemos ahorros, ni formas de entretenimiento”.

“La vida de todos los días es una lucha”, dicen las dos mujeres. Nadisha Sandamali, de 53 años, concluye: “Sólo nueve niños estudian, en la St. Mary’s School. Nuestra vida está siempre en peligro. Las chabolas están rodeadas de mar –de un lado- y tienen las vías del ferrocarril, del otro. A pocos metros de aquí, vemos cómo avanzan rápidamente las obras de la ciudad portuaria de Colombo. Pero nadie -ni las autoridades, ni los ministros- nos ve a nosotros”.