Atentado suicida en plenas elecciones. Tres candidatos compiten por el poder

El atentado se registró hace aproximadamente una hora en Quetta, provincia de Baluchistán. Los electores deberán elegir 272 candidatos para cubrir escaños en la Asamblea Parlamentaria, además de los representantes de las provincias y del gobierno. Para ganar, el primer partido necesita obtener 172 escaños. El panorama después de la votación.


Islamabad (AsiaNews/Agencias) – Esta mañana, Pakistán inauguró las urnas. Al menos 106 millones de personas son llamadas a expresarse para elegir primer ministro y la composición de la Asamblea Parlamentaria, en un país que en los últimos meses se ha visto marcado por numerosos escándalos de corrupción y por un latente fundamentalismo islámico. A pesar de que rige un clima de estricta vigilancia por parte de las fuerzas de la policía, dedicada a evitar los ataques, hace aproximadamente una hora, en Quetta, se registró un atentado kamikaze cerca del colegio electoral NA-260. El saldo provisorio es de cuando menos 31 víctimas y heridos; entre los muertos habría tanto civiles como militares.

Son muchos los que habían expresado su satisfacción por una convocatoria electoral que, al menos en las primeras horas de la jornada, se había desarrollado de manera regular y sin incidentes. En todo el territorio se vota para cubrir un total de 85.000 escaños; las urnas se abrieron a las 8 de la mañana (hora local) y permanecerán disponibles hasta las 6 de la tarde, en tanto los resultados serán anunciados en 24 horas. Para garantizar la seguridad de la votación, el gobierno ha desplegado 372.000 soldados. La medida se volvió necesaria a causa de los recientes atentados terroristas que han sembrado pánico en varios actos de campaña electoral. El más sangriento fue el que sucedió en la provincia de Baluchistán, poco más de una semana antes de las elecciones, y que provocó la muerte de cerca de 150 personas.

Los electores deberán optar a fin de decidir la composición de la Cámara Baja de la Asamblea, y de las cuatro asambleas provinciales. Sobre un total de 342 escaños, 272 serán asignados de manera directa con esta carrera, en tanto los 70 restantes (60 reservados a las mujeres, y 10 a las minorías religiosas) serán repartidos luego, de manera proporcional en base a las preferencias expresadas.

Según la Comisión electoral, cerca de 30 partidos han presentado la candidatura de 6.459 aspirantes para los 272 escaños a nivel federal, y de otros 8.396 para los 577 puestos de las cuatro provincias (Punjab, Sindh, Baluchistán y  Khyber Pakhtunkhwa).

Los analistas consideran que el reto más importante es el que se jugará en Punjab, la provincia más poblada del país, y de donde proviene uno de los mayores contendientes: Shahbaz Sharif, de 66 años, actual jefe de ministros y hermano del premier saliente Nawaz Sharif, quien fuera condenado a 10 años de prisión por la compraventa de algunos apartamentos de lujo en Londres y expulsado de la escena política el año pasado, junto a la hija, Maryam Nawaz. A Shahbaz, el hermano le cedió la conducción del partido Pakistan Muslim League-Nawaz (PML-N), que ha gobernado el Estado durante los últimos cinco años. Sin embargo, hay muchos que consideran que, estando ausente la figura clave de Nawaz, el partido tiene pocas chances de hacerse de los 172 escaños necesarios para formar el gobierno.

El principal  contendiente, y a quien ya se vaticina como próximo jefe de gobierno, es Imran Khan, de 65 años, ex jugador de cricket y líder del Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), un partido de inspiración popular surgido en la década del ’90. Recién en el último tiempo el mismo surgió como fuerza política “creíble” y capaz de peso electoral, gracias a la simpatía de grupos extremistas y sectores radicales del ejército. Es precisamente su cercanía a ciertos exponentes militares lo que hace sospechar que podrían darse prácticas ilegales tendientes a manipular los resultados electorales. Según los sostenedores de Nawaz Sharif, el ejército e Imran Khan estarían detrás de la sentencia de corrupción infligida al premier saliente.

El tercero y último candidato para guiar al país es Bilawal Bhutto Zardari, de 29 años, líder del Pakistan Peoples Party (PPP) e hijo de la premier asesinada Benazir Bhutto.

Frente a una campaña electoral masiva, en la que los candidatos han librado una lucha pueblo por pueblo, son varios los expertos que albergan dudas sobre la posibilidad de un cambio real en el país, en un sentido democrático. Para algunos, el mero traspaso del mando no garantizará de por sí una estabilidad económica y política de manera automática. Al mismo tiempo, se subrayan las difíciles condiciones en que viven mujeres y pobres, así como la resistencia ofrecida por una mentalidad conservadora, sobre todo en las zonas rurales.