Elecciones en Pakistán: la ex estrella del cricket Imran Khan brinda pocas esperanzas a los cristianos
de Kamran Chaudhry

Los partidos de la oposición protestan por la manipulación de los resultados de la votación. Se teme que un gobierno liderado por el Pakistan Tehreek-e-Insaf pueda impedir manifestaciones civiles, porque cuenta con el apoyo del ejército. En los lugares donde ya gobernó, el partido de Khan ha reducido la representación de las minorías y los cupos laborales destinados a ellas. El futuro premier defiende la ley sobre la blasfemia.  


Lahore (AsiaNews) – Líderes y activistas cristianos albergan pocas esperanzas de que la leyenda del cricket Imran Khan, que fue electo como primer ministro de la República islámica del Pakistán, pueda mejorar la situación de las minorías religiosas. En diálogo con AsiaNews, el P. Nasir William, director de la Comisión de comunicación social de la diócesis de Islamabad-Rawalpindi, afirma: “Todos los gobiernos anteriores han fracasado en el intento de dar iguales derechos a las minorías religiosas de Pakistán”.

Según el sacerdote, “en su discurso después de la victoria, Imran Khan nos ha asegurado los principios fundamentales garantizados por la Constitución, pero permaneció en silencio cuando los líderes de su partido, el Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) definieron a los cristianos como kaafir (infieles) y churhas (de baja casta) en las asambleas y en los discursos en televisión”. Luego, agrega: “Los cinco años de gobierno de Khan podrían no ser suficientes para contrarrestar décadas de fundamentalismo religioso. Por otro lado, las hipótesis que barajan grandes manifestaciones de protesta y acampes son débiles, dado que circulan rumores de que los militares apoyan su partido”.  

El PTI anunció que  Imran Khan jurará como primer ministro antes del 14 de agosto, fecha en la cual se festeja el Día de la Independencia. En tanto, el 27 de julio se llevó a cabo una conferencia de todos los partidos políticos, donde se solicitó un nuevo llamado a elecciones y se rechazaron los resultados de la jornada electoral del 25 de julio pasado por [considerar] que los resultados fueron descaradamente manipulados.  Además, en su reporte del 27 de julio, Free and Fair Election Network (FAFEN) destaca que el número de votos anulados en 35 circunscripciones fue superior al margen de votos obtenido para la victoria.

Hyacinth Peter, secretario ejecutivo de la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia de los superiores mayores (Major Religious Superiors Leadership Conference), considera que Imran Khan no tiene “ningún interés” en las minorías.  Y observa: “Él ya ha prometido que defenderá la sección 295-C del Código Penal pakistaní, que trata sobre las leyes referidas a la blasfemia. En la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, el ex gobierno de PTI ha eliminado de los programas escolares todas las referencias a la laicidad del Estado, que habían sido introducidas por la administración anterior. Entre éstas, las imágenes de niñas sin el  dupattas (velo), los dulces de Navidad y la cruz como símbolo colocado en las ambulancias, el saludo del ‘buen día’ en lugar de ‘Assalamu Aliakum’ y cosas por el estilo”.

En el año 2013, el partido de Khan formó un gobierno en la provincia del norte con el apoyo de una coalición de partidos. Éste aprobó un cupo laboral de apenas un 3% reservado a las minorías, en tanto en el resto del país, el mismo es del 5%. De la misma manera, el número de escaños reservados para las minorías en la Asamblea provincial de Khyber Pakhtunkhwa es de sólo el 2%, mientras que en Sindh y Baluchistán, éste representa un 5%.

Los líderes cristianos también critican al gobierno del PTI por no haber distribuido los resarcimientos de aproximadamente 200 millones de rupias [1,34 millones de euros] a las familias de los mártires del atentado del 2013, perpetrado en una iglesia [protestante] de Peshawar. En cambio, en febrero de este año, el gobierno provincial conducido por el PTI ofreció un financiamiento de 277 millones de rupias [1,84 millones de euros] a la escuela coránica Darul Aloom Haqqania, cuna de muchos yihadistas y líderes talibanes de Afganistán, ubicada en el distrito de Nowshera. En el año 2016, la misma universidad recibió otros 300 millones de rupias [2 millones de euros] de la administración provincial. Según los partidos de la oposición, las autoridades del PTI han recortado los fondos de las minorías para financiar precisamente a esta  madrasa. Algunos reportes de los medios revelan que la mayor parte de estos fondos debían servir para aumentar las vacantes reservadas para los cristianos pobres en las escuelas cristianas.

El 28 de julio, con una carta abierta, el Rwadari Tehreek [Movimiento inter-religioso por la tolerancia, ndr] dio algunas recomendaciones a Khan: la supremacía de la ley y de la Constitución; independencia del Parlamento; emancipar las provincias; reforzar la comisión electoral y otras organizaciones democráticas; un sistema de gobierno local eficaz; un Ejecutivo más acotado; menos protocolos y la reducción de aquellos gastos que no garanticen beneficios. El movimiento también llamó a mejorar las condiciones de los sectores más desfavorecidos de la sociedad –mujeres, niños, minorías, trabajadores-; pidió el respeto de la dignidad humana, la modificación de los programas de estudio y la plena realización del Plan de acción nacional contra el extremismo y el terrorismo.  

Una voz que se aparta del coro es la del P. Qaiser Feroz, secretario ejecutivo de la Comisión de comunicación social de la Conferencia episcopal pakistaní, que expresa su apoyo al futuro premier: “Khan cree –dice- en la visión originaria de Muhammad Ali Jinnah, el fundador de la patria. Consideramos que él puede hacer revivir el espíritu de la Constitución. Todos los partidos deben aceptar el resultado de las elecciones y apoyar al nuevo gobierno para el progreso de nuestro país”.