Aoun en la ONU: hay que garantizar un retorno ‘seguro y permanente’ a los refugiados sirios

Discurso “contracorriente” del presidente libanés, en la Asamblea General de las Naciones Unidas. El retorno de los refugiados no debe estar ligado a una “solución política”, que sigue siendo incierta. La emergencia ha causado un colapso económico, demográfico y social en el país de los cedros. Ataque a los EEUU por la decisión de trasladar la embajada americana a Jerusalén. 


Nueva York (AsiaNews/Agencias) - Un discurso “a contracorriente” y crítico de las políticas adoptadas por las potencias mundiales en el Oriente Medio, que han alimentado guerras y conflictos, desatando al mismo tiempo una de las peores crisis humanitarias de las últimas décadas, como es la emergencia de los refugiados sirios. En su intervención de ayer en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el Palacio de Vidrio de Nueva York, el presidente libanés Michel Aoun se dirigió a la comunidad internacional, pidiendo que se haga cargo de la cuestión de los refugiados [sirios y palestinos], que arriesga hundir totalmente al país de los cedros.  

Aunque no se refirió de manera directa a los Estados Unidos ni al presidente Donald Trump, el jefe de Estado confirmó la posición del Líbano, contraria “al asentamiento” y a la sucesiva estabilización de migrantes y refugiados. Muy por el contrario, él invoca un “retorno decente, seguro y permanente” a su patria, de todas las personas que han abandonado Siria  a causa de la guerra. Su regreso, agregó, no debe estar vinculado a una “solución política” que, por el momento, sigue siendo “incierta”, al menos en apariencia.

“El considerable número [de desplazados sirios] – subrayó Aoun – ha tenido repercusiones graves sobre la sociedad libanesa, en varios niveles: empezando por la seguridad, con un aumento de la tasa de delincuencia de más del 30%;  a nivel económico, con una cifra de desocupación que ya ha alcanzado el 21%; demográfico, con una densidad poblacional por kilómetro cuadrado, que hoy va de 400, llegando incluso a 600”.

El presidente subraya los “recursos limitados” del país para afrontar esta situación y la escasa asistencia brindada por la comunidad internacional en todos estos años; a esto se suma, en el pasado reciente, la decisión de  Washington de suspender los fondos destinados a la Agencia de la ONU dedicada al socorro de los refugiados palestinos a raíz de la ocupación (UNRWA). Muchos de estos refugiados se encuentran viviendo, justamente, en el Líbano.  

“A ello – prosiguió – agregamos que ya no podremos seguir soportando este peso por mucho más tiempo, cuando lo cierto es que la mayor parte de las regiones de donde vienen estos migrantes de Siria hoy en día ya pueden considerarse seguras”. Por último, Aoun aclara que siempre pretendió un “retorno seguro” para los refugiados sirios, que es muy distinto del “retorno de forma voluntaria”.  

El problema de los refugiados también fue afrontado hace algunos días por el patriarca maronita, el Card. Beshara Raï, en el marco de su visita oficial a Canadá.  Al referirse al millón y medio de refugiados –llegado a una población de poco más de cuatro millones de habitantes- , el purpurado dijo que era una “carga insostenible” que arriesga hundir al país. Es éste el motivo por el que Aoun hace un llamamiento ante las Naciones Unidas, pidiendo un “retorno seguro y permanente” de los migrantes “a su tierra” y exigiendo rechazar “el regateo” político y diplomático que se ejerce a costa de la vida de estas personas.

Al tocar la cuestión palestina y referirse a los refugiados que viven en el Líbano,  Aoun condenó “el enfoque de la política internacional con respecto al Oriente Medio”, que “de manera cruel”, carece totalmente del sentido de “justicia”. Estos abordajes, subrayó, “dicen una cosa y hacen exactamente lo contrario de ésta, sembrando la duda entre los pueblos de la región”. “La causa palestina – advierte – ilustra de manera perfecta esta situación”, y el sentimiento de “impunidad” que la caracteriza ya ha causado “numerosas guerras en el Oriente Medio y ha desatado una resistencia que no acabará hasta que se eliminen las iniquidades”. 

Volviendo a proponer el modelo libanés como ejemplo de diálogo inter-religioso e inter-cultural, al final de su discurso, Aoun condenó [aunque sin nombrar a los Estados Unidos] las decisiones del último período, en lo que respecta “al traslado de ciertas embajadas a Jerusalén”, y la proclamación de la ciudad como capital de Israel. Son decisiones que han provocado graves consecuencias y que fueron tomadas haciendo caso omiso del rechazo expresado en una votación de la Asamblea General de la ONU.