Transexuales fueron embestidos por cañones hidrantes: una ‘purificación islámica’
de Mathias Hariyadi

Los vigilantes irrumpieron en la playa del balneario de Labuhan Jungkung para arrestarlos, durante un operativo orientado a “mantener la seguridad y el orden público”. Antes de liberarlos, los agentes decidieron someter a las personas detenidas al ghusl, un “baño obligatorio” para eliminar su “impureza” y poder proceder a su reinserción en la sociedad. 


Yakarta (AsiaNews) – Los cañones de agua de un camión de bomberos fueron utilizados para una purificación pública de tres transexuales, ateniéndose a un ritual islámico: fue el recurso utilizado el 2 de noviembre pasado por los agentes de la Satuan Polisi Pamong Praja (Satpol PP), la policía municipal indonesia, en la playa de Labuhan Jungkung (provincia de Lampung).

Los vigilantes irrumpieron en la zona cercana a la orilla para arrestar a tres transexuales, durante un operativo orientado a “mantener la seguridad y el orden público”. Syaikul Anwar, jefe de la Satpoll PP local, declara que “se autorizó la intervención para detener a cualquier tipo de transgresor, incluso a jóvenes con ausencias injustificadas a la escuela o a cualquier otro que pudiese desestabilizar el orden social”.

Antes de proceder a su liberación, los agentes decidieron someter a las personas detenidas al ghusl, un “baño obligatorio” para eliminar su “impureza”, y así poder proceder a su reinserción en la sociedad. La operación se llevó a cabo en público, y fue documentada por los mismos agentes, que luego publicaron las fotografías en Internet.  

La conducta de los agentes generó indignación en las organizaciones que defienden los derechos humanos. Un reciente estudio conducido por LBH Masyarakat revela que solamente en el 2017, 973 personas pertenecientes a la comunidad LGBT fueron víctimas de abusos físicos y verbales en el país islámico más poblado del mundo.

Asimismo, un estudio que llevó a cabo la consultora Saiful Mujani Research and Consulting, una organización cuya sede está en Yakarta, arroja que el 81,5% de los indonesios considera la práctica homosexual como algo “moralmente equivocado” y prohibido por la religión. Según Human Rights Watch, en el 2017, las fuerzas de seguridad indonesias “arrestaron de manera arbitraria” a más de 300 personas LGBT en el marco de distintos operativos.