Rohingya, señales de esperanza por la amistad con los budistas Rakhine
de Agung

En la comunidad islámica hay tantas personas que han elegido no escapar a Bangladés y quedarse en Myanmar. Después de un entendimiento entre Naipyidó y la Onu, en Rakhine se iniciaron muchos programas de asistencia. Ellos favorecen la integración y la reconciliación entre las diversas comunidades. Operador humanitario: “Alentador ver estos primeras mejoras”.

 


Sittwe (AsiaNews) – Testimonios de renovada amistad entre los musulmanes rohingya y los budistas Rakhine representan una señal de esperanza para el homónimo Estado occidental birmano, teatro de una grave crisis humanitaria. No obstante sea opinión difundida que las difíciles relaciones entre estos dos grupos étnicos sean la causa desencadenante de las violencias sectarias de agosto de 2017, en la comunidad islámica hay tantas personas que eligieron no escapar a Bangladés y quedarse en Myanmar. Estos rohingya viven en los campos gubernamentales para evacuados internos (IDPs), que ya existían antes del conflicto.

Un operador de la Capacity development foundation, que prefiere permanecer en el anonimato por motivos de seguridad, narra a AsiaNews: “Muchas organizaciones humanitarias están reclutando a personas del lugar, Rakhine y Rohingya, para iniciar sus proyectos: asumen docentes e introducen programas de instrucción, desde las escuelas primarias a la instrucción universitaria y para ambas comunidades. Desconfianza y tensiones políticas están aún muy difundidas en Rakhine, pero es hermoso ver tanta iniciativas que se realizan en el territorio, desde Sittwe (la capital del Estado) hasta la frontera con Bangladés. Aunque si recibimos presiones internacionales, como la amenaza de sanciones económicas de la Unión europea (UE), estamos convencidos poder construir un futuro de paz y desarrollo para Rakhine”.

Después de la firma de un memorándum de entendimiento (MOU) entre Naipyidó y dos agencias de las Naciones Unidas (ONU), UNDP y UNHRC, en Rakhine se iniciaron muchos programas de asistencia. El World Food Programme (WFP) distribuye alimentos en larga escala en los campos prófugos del Estado (Foto). La asistencia está destinada no sólo los Rohingya y a los Rakhine, sino también a otras minorías étnicas, como los Myo y los Kamar. Están en curso diversas iniciativas para la construcción de la unidades habitacionales. Además se crean proyectos nuevos de manutención y desarrollo de las infraestructuras.

Estos programas de ayudas se han realizado para favorecer la integración y la reconciliación entre las diversas comunidades. “En los próximos meses- concluye el operador- las agencias de la Onu y muchas organizaciones de la sociedad civil (CSOs) iniciará el programa  Cash for Work (Al Contado por Trabajo), gracias al cual serán construidas algunas infraestructuras de base”. “Antes de dar el vía al inicio a este proyecto piloto- prosigue- hemos realizado algunos encuentros de consultación pública con los Rohingya y Rakhine sentados juntos. La amistad y la reconciliación se construyen y renuevan durante y después de reuniones como esta. Mucho trabajo queda por hacer, pero es alentador ver estas primeras mejoras.