Papa: Sólo nos llevaremos lo que hayamos dado. Llamamiento por Centroáfrica y por las víctimas de los incendios y la helada en los EEUU

El recuerdo de la misa en la Jornada Mundial de los Pobres y el almuerzo con “personas indigentes” en la sala Pablo VI. “Nadie de nosotros podrá huir del momento en el cual habremos de encontrarnos con Jesús. Entonces serán inútiles las “astucias” y “el poder del dinero y de los medios económicos”. 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Con nosotros, sólo nos llevaremos lo que hayamos dado”, dijo el Papa Francisco, al comentar la liturgia de hoy (33ra del Año, ciclo B, Marcos 13, 24-32) en la cual Jesús habla del misterio del final, cuando nos presentemos delante del Hijo del Hombre.

Luego de su comentario dirigido a los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus, el pontífice rogó por la República Centroafricana –donde, en los últimos días, se produjo una masacre en la que fueron asesinados dos sacerdotes- y por las víctimas de los incendios y de la helada en los Estados Unidos.

El evangelio de este domingo, explicó el Papa “no es, ante todo, un discurso sobre el fin del mundo, sino más bien la invitación a vivir bien el presente, velando y estando siempre dispuestos para cuando seamos llamados a rendir cuentas de nuestra vida”.

“La historia de la humanidad, así como la historia personal de cada uno de nosotros, no puede ser comprendida como una simple sucesión de palabras y de hechos que carecen de un sentido. Y tampoco puede ser interpretada a la luz de una visión fatalista, como si todo ya estuviese preestablecido según un destino que sustrae todo espacio de libertad, impidiendo que las elecciones sean fruto de una verdadera decisión. En realidad, en el Evangelio de hoy, Jesús dice que la historia de los pueblos y la de los individuos en singular tienen un fin y una meta que alcanzar: el encuentro definitivo con el Señor”.

“Ninguno de nosotros podrá escapar de ese momento. La astucia, que a menudo incorporamos en nuestras conductas para dar a entender la imagen que queremos ofrecer, ya no nos servirá de nada; de la misma manera, el poder del dinero y de los medios económicos con los cuales pretendemos, con presunción, comprar todo y a todos, ya no podrán ser usados. Con nosotros no tendremos nada más que lo que hayamos realizado en esta vida al creer en su Palabra: el todo y la nada de cuanto hayamos vivido o dejado de cumplir. Con nosotros sólo nos llevaremos lo que hayamos dado”.  

“Invoquemos la intercesión de la Virgen María concluyó- para que la constatación de nuestro carácter provisorio en la tierra y de nuestro limite no nos sume en la angustia, sino que sea un reclamo a nuestra responsabilidad para con nosotros mismos, hacia el prójimo y hacia el mundo entero”.  

Luego del Ángelus, al recordar la misa celebrada esta mañana por la Jornada Mundial de los Pobres, el pontífice anunció que más tarde almorzaría en la sala Pablo VI con cientos de “personas indigentes”.

“Iniciativas análogas de oración y de puesta en común –dijo- se organizan en las diócesis del mundo, para expresar la cercanía de la comunidad cristiana a cuando viven en condiciones de pobreza. Esta Jornada, que involucra a cada vez más parroquias, asociaciones y movimientos eclesiales, quiere ser un signo de esperanza y un estímulo para volverse instrumentos de misericordia en el tejido social”.

El pontífice luego invitó a rezar un Ave María por la masacre ocurrida el 15 de noviembre pasado, en la cual perdieron la vida más de 42 cristianos que residían en el campo de refugiados de Alindao (Centroáfrica), por manos de milicias opositoras el gobierno. Los guerrilleros también saquearon y quemaron la catedral vecina. Entre los sobrevivientes hay quienes denuncian que las fuerzas de la ONU se retiraron ante los ataques, en vez de defender a la población.

“A este pueblo tan querido por mí –dijo el Papa- donde fue abierta la primera puerta santa en el Año de la misericordia, expreso toda mi cercanía. Roguemos por los muertos y heridos y para que cese toda la violencia es ese querido país, que tanto necesita la paz”.

Por último, antes de proceder al saludo final, Francisco expresó una “oración especial” por todas las personas afectadas por los incendios que están azotando California, y también por las víctimas de las heladas en la costa este de los Estados Unidos. El Señor reciba en su paz a los difuntos, consuele a los familiares y sostenga a cuantos de abocan a las tareas de socorro”.