¿Quiénes son los enemigos de Xi Jinping? (I)
de Willy Wo-Lap Lam

Deng Pufang, el hijo mayor de Deng Xiaoping, ha revelado que existen “fuertes indicios de la presencia de cuadros cuya intención sería retornar al antiguo régimen. Los dos hijos de Hu Yaobang, ícono liberal del Partido, parecen sentirse frustrados por las inclinaciones anti-reformitas del presidente”. 


Hong Kong (AsiaNews) – El cuestionamiento de la conducción del “líder supremo” no vendría tanto de los ataques del presidente de los EEUU, Donald J. Trump, cuanto de un creciente número de enemigos dentro de las fronteras nacionales. En efecto, entre los nostálgicos de las políticas de Deng Xiaoping, los administradores regionales, los militares y los intelectuales, crece el descontento por las medidas de gobierno adoptadas por Xi. Es la tesis que sostiene el Prof.  Willy Wo-Lap Lam, docente de la Chinese University de Hong Kong y autor de varios libros sobre China. A continuación, presentamos la primera parte de su análisis. Por gentileza de la Jamestown Foundation (Traducción de AsiaNews). 

Algo inesperado sucedió durante el reciente “tour sureño” de cuatro días, emprendido por el Secretario General Xi Jinping en la provincia de Guangdong, la misma provincia donde Deng Xiaoping, el arquitecto responsable de la reestructuración, inició su gesta de “reforma y apertura” (改革开放) en 1978. Mientras en Beijing el Partido y los departamentos de gobierno se preparan para celebrar el 40º aniversario de la reforma y apertura, el reciente viaje de Xi del mes de octubre fue ampliamente considerado como un reconocimiento de su deuda para con las políticas a favor del mercado impulsadas por Deng. Sin embargo, algunos observadores quedaron sorprendidos ante la incapacidad de Xi de pronunciar siquiera una vez el nombre “Deng Xiaoping”.

Xi destacó que “la experiencia ha mostrado que el camino de la reforma y las puertas abiertas es el correcto, y que debemos sostener indefectiblemente [dicha política] y perseverar en ella incansablemente”.  De todos modos, el líder supremo parece haber trazado una distinción entre “reforma y una política de puertas abiertas en la nueva era” y la versión original de Deng, “reforma y política de puertas abiertas”. Por citar un ejemplo, Xi utilizó la expresión ziligengsheng (自力更生) o “autosuficiencia” dos veces, al decir que la autarquía era “el punto de partida de la lucha del pueblo chino”. Ziligengsheng era una de los aforismos favoritos de Mao Zedong y constituye la antítesis de la política de Deng, orientada a abrir las puertas de China a las inversiones del exterior (People’s Daily, 26 de octubre; Xinhua, 25 de octubre).  

Si bien el estatus de Xi como “núcleo del Partido”, comandante supremo y “pionero del pueblo” no parece haber sido desafiado por los ataques lanzados en múltiples frentes por parte del Presidente de los EEUU Donald Trump, no cabe duda de que sus enemigos en el seno del Partido y del gobierno se han multiplicado. Entonces, ¿quiénes son los adversarios políticos de Xi? Entre ellos, los más importantes son cuadros e incluso gente común y corriente que se cuentan entre los beneficiarios de la política visionaria de Deng, representados por principillos amigos de Xi,  que son los descendientes de los veteranos más estrechamente vinculados a las reformas de Xiaoping.

Tomemos, por ejemplo, a los hijos de Deng Xiaoping, que han velado celosamente por el legado de reformas del padre. Ellos temen que la posición de Deng en la cumbre del panteón del PCC, sólo superada por Mao, pueda verse en peligro ante la jugada de Xi de desmantelar los pilares fundamentales de las políticas del patriarca liberal. En un reciente encuentro de la Federación de Personas Discapacitadas de China, el hijo mayor de Deng, Pufang, dio fuertes indicios de la existencia de cuadros que querrían retornar al ancient regime. “Solamente si insistimos en la reforma y en la apertura, podremos continuar sobreviviendo y desarrollándonos”, afirmó. “El ritmo de los progresos de la historia no se detendrá”. Deng luego pasó a exhortar a los miembros del PCC a “apretar los dientes y jamás volver atrás, a fin de que [la política de reformas] no tenga que verse sacudida en cien años” (Dwnews.com, 23 de octubre; Chinaelections.net, 11 de octubre).

De manera similar, Hu Deping y Hu Dehua, los dos hijos del anterior secretario general del Partido, Hu Yaobang –un ícono liberal dentro del Partido- parecen frustrados al ver las inclinaciones anti-reformistas del Presidente Xi. En la vigilia del ascenso de Xi al poder, a fines de 2012, Hu Deping informó a Xi sobre la importancia de dar lugar a reformas en el seno del partido, así como a políticas tendientes a favorecer la economía de mercado. Al ver que se ignoraron sus sugerencias,  Hi se sintió en el deber de defender los intereses de las empresas privadas. Un ex secretario del partido del All China Federation Industry and Commerce previno a Hu sobre la tendencia del  gongsiheying (公私合营), es decir, de “establecer un gestión conjunta de las empresas estatales [SOEs] y privadas”. Gongsiheying, que en la mayor parte de los casos significa que las SOEs toman el control de las compañías privadas “ha vuelto a escena bajo un nuevo formato, para exprimir a las empresas privadas”, dijo. “Si esto llegara a convertirse en tendencia, y nadie presenta una mirada crítica, el resultado final será terrible” (Radio Free Asia, 28 de septiembre; Hong Kong Economic Journal, 28 de septiembre). Siguiendo la línea de Hu, los empresarios del sector privado de la nación han expresado su disconformidad en relación a las más poderosas empresas estatales, que gozan del patrocinio de Xi (Asia Times, 9 de octubre).